''Entre Laberintos y Miradas''

Capítulo 5: Las Sombras de la Soledad

"A veces, la mayor fortaleza se encuentra en los momentos de vulnerabilidad."

— Anónimo

La semana continuó en Rivertown High, y aunque el sol brillaba afuera, dentro de la escuela, Emily sentía una oscuridad constante. Cada vez que caminaba por los pasillos, sentía las miradas fijas en ella, susurrando a sus espaldas. Las palabras de Chloe resonaban en su mente, pero se obligaba a seguir adelante, enfocándose en lo que siempre le había dado paz: la literatura y sus estudios.

Jake, por su parte, notaba el cambio en Emily. Se había vuelto más reservada, más distante. Cada vez que intentaba entablar una conversación durante sus sesiones de trabajo en el proyecto, ella respondía con monosílabos o se limitaba a hablar de lo necesario. Lo que antes parecía ser un pequeño avance en su relación ahora parecía desmoronarse.

Durante la práctica de fútbol, Jake se encontró perdiendo la concentración. Su mente vagaba hacia Emily y hacia la culpa que sentía por no haberla protegido lo suficiente. Se esforzaba en cada jugada, intentando liberar la tensión acumulada, pero nada parecía funcionar. Cuando terminó el entrenamiento, sus amigos intentaron arrastrarlo a la fiesta en casa de Brian, pero Jake declinó la invitación, algo que sorprendió a todos.

"¿Estás bien, hombre?" preguntó Ryan, uno de sus compañeros del equipo. "No eres tú últimamente."

Jake se encogió de hombros, restándole importancia. "Solo estoy cansado, eso es todo. El proyecto de ciencias está siendo más complicado de lo que esperaba."

Ryan soltó una carcajada. "¿Te refieres a la nerd esa, Emily? No entiendo cómo puedes aguantar estar con ella."

El comentario encendió algo en Jake. Aunque intentó mantener la calma, no pudo evitar responder con más firmeza de lo que pretendía. "Emily no es como piensas. Es inteligente y trabajadora. No la subestimes."

Ryan lo miró con sorpresa, pero no insistió. Jake se despidió rápidamente y se dirigió a su coche, necesitando escapar de todo el ruido y las expectativas que pesaban sobre él.

***

Esa noche, Jake se quedó despierto en su habitación, mirando el techo mientras pensamientos contradictorios llenaban su mente. Sabía que había algo en Emily que lo intrigaba, algo que lo hacía querer protegerla, aunque ella no lo necesitara. Pero también sabía que, en Rivertown High, ser diferente significaba convertirse en un blanco.

Finalmente, decidió enviarle un mensaje. Sabía que era tarde, pero no podía quedarse con esas palabras atrapadas en su mente.

_"Emily, sé que no he sido el mejor compañero últimamente. Solo quiero que sepas que estoy aquí si necesitas algo. No dejes que Chloe y las demás te hagan sentir menos. Tienes mucho más valor de lo que ellas jamás entenderán."_

Le tomó un momento reunir el valor para presionar 'enviar', pero lo hizo. Luego, apagó su teléfono y se dejó caer en la cama, esperando que de alguna manera, sus palabras llegaran a Emily.

***

Al otro lado de la ciudad, Emily estaba sentada en su escritorio, con su cuaderno abierto frente a ella, pero sin poder concentrarse. Había intentado escribir, pero las palabras no fluían como antes. Las amenazas de Chloe la habían hecho dudar de sí misma más de lo que quería admitir.

Cuando su teléfono vibró con el mensaje de Jake, lo miró durante varios minutos antes de decidir abrirlo. Al leer sus palabras, sintió una mezcla de emociones: alivio, gratitud, pero también confusión. ¿Por qué le importaba tanto a Jake lo que pensaran los demás? ¿Por qué intentaba ayudarla cuando su propio mundo parecía tan distinto al suyo?

Después de pensar en cómo responder, decidió ser honesta, aunque brevemente.

_"Gracias, Jake. Lo aprecio. Pero estar en Rivertown High es complicado, y no siempre es fácil mantenerse fuerte."_

Envió el mensaje antes de poder arrepentirse, y luego dejó el teléfono a un lado. Aunque no estaba segura de lo que depararía el futuro, algo en ella empezaba a cambiar. Tal vez no estaba tan sola como pensaba.

***

A la mañana siguiente, mientras caminaban hacia la clase de química, Jake y Emily cruzaron miradas desde lejos. No dijeron nada, pero en esos breves segundos, compartieron una comprensión silenciosa. El mundo seguía siendo complicado, lleno de desafíos y presiones, pero ambos sabían que, al menos por ahora, no tendrían que enfrentarlo solos.