Capítulo 2: Primeros Intentos

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"A veces, las personas más diferentes de nosotros son las que más tienen que enseñarnos."— Anónimo

El reloj en la pared del laboratorio marcaba las cuatro de la tarde. Las clases habían terminado hacía una hora, pero Jake y Emily aún permanecían en el aula, rodeados de libros, cuadernos y material de laboratorio. El ambiente estaba cargado de incomodidad, y el sonido del bolígrafo de Emily garabateando en su cuaderno era lo único que rompía el silencio.

Jake suspiró, cruzando los brazos sobre su pecho mientras observaba los tubos de ensayo frente a ellos. "No entiendo por qué tenemos que hacer esto ahora. Podríamos haberlo hecho mañana," murmuró, sin intentar disimular su frustración.

Emily apenas levantó la vista. "Porque si lo dejamos para mañana, nos atrasaremos más, y el proyecto es para la semana que viene. Además, si realmente quieres aprobar, deberías empezar a tomártelo en serio."

Jake se mordió la lengua para no contestar con un comentario sarcástico. Desde el momento en que se habían sentado juntos, había sentido que Emily lo miraba por encima del hombro, como si él no fuera capaz de entender lo que estaban haciendo. Y eso lo irritaba.

"Está bien, lo que tú digas," dijo finalmente, aunque no pudo evitar que su tono sonara desganado.

Emily dejó su bolígrafo y lo miró por primera vez en toda la tarde. "¿Sabes qué estamos haciendo, Jake? ¿Realmente entiendes el experimento?"

Jake se tensó. Había revisado el material por encima, pero la verdad era que no había prestado demasiada atención en clase, y menos en esta asignatura. Aun así, no iba a dejar que Emily lo humillara. "Sí, claro. Estamos observando las reacciones químicas entre diferentes soluciones."

Emily entrecerró los ojos. "No es tan simple. No se trata solo de mezclar soluciones. Tenemos que registrar las propiedades de cada reacción y entender por qué ocurren de esa manera. Es cuestión de precisión y análisis."

Jake frunció el ceño. No había imaginado que sería tan complicado. "Entonces, explícame qué debo hacer," pidió finalmente, sin ocultar su frustración.

Emily asintió y tomó una de las botellas de reactivos. "Mira, es más fácil si te lo demuestro. Vamos a empezar con algo sencillo."

A medida que Emily le explicaba paso a paso el procedimiento, Jake comenzó a prestar atención de verdad. La forma en que ella manejaba los instrumentos, cómo hablaba con tanta seguridad, lo desconcertaba. No era lo que esperaba de alguien a quien había considerado una nerd sin importancia. Había una determinación en su voz, una pasión por el tema que lo hizo sentir, por primera vez en mucho tiempo, completamente fuera de lugar.

"¿Lo entiendes ahora?" preguntó Emily después de una demostración.

Jake asintió lentamente. "Sí, creo que sí."

"Bien. Entonces, probemos con otra solución. Quiero que lo intentes tú."

Jake tomó el frasco que Emily le ofrecía y trató de imitar los pasos que ella había hecho, sintiendo el peso de su mirada sobre él. El laboratorio, que antes parecía solo otro lugar aburrido del instituto, ahora se sentía como un campo de batalla donde no podía permitirse fallar.

Al principio, sus movimientos eran torpes, pero Emily lo guió pacientemente, corrigiendo con suavidad sus errores. Jake no podía recordar la última vez que alguien se había tomado el tiempo de enseñarle algo de esta manera, sin burlarse ni juzgarlo.

Cuando finalmente terminaron, Jake se permitió una pequeña sonrisa de satisfacción. "No estuvo tan mal, ¿verdad?"

Emily lo miró con una leve sonrisa en sus labios. "No, no estuvo mal. Pero aún hay mucho por hacer."

Jake se encontró sorprendido por esa sonrisa. Era la primera vez que veía a Emily sonreír, y por alguna razón, eso lo dejó sin palabras. Había algo en su expresión que le resultaba... diferente.

Emily volvió a concentrarse en sus notas, y el silencio volvió a instalarse entre ellos. Pero esta vez, no era un silencio incómodo. Había algo distinto en el aire, algo que ambos sentían pero que ninguno estaba dispuesto a admitir.

***

A la mañana siguiente, mientras Jake caminaba por los pasillos del instituto, se dio cuenta de que su rutina habitual no se sentía igual. El entrenamiento, las bromas con sus amigos, incluso las miradas admiradas de las chicas, no parecían tener el mismo brillo de antes. Había algo que lo distraía, algo que no podía dejar de pensar.

Emily.

No era como las demás chicas que conocía. No le sonreía por obligación ni intentaba llamar su atención. De hecho, parecía hacer todo lo contrario. Y sin embargo, había algo en su manera de ser que lo intrigaba.

"¡Jake, espabila!" La voz de uno de sus compañeros de equipo lo sacó de sus pensamientos. Estaban en medio de un ejercicio en el campo de fútbol, y Jake se dio cuenta de que estaba perdiendo el enfoque.

"Lo siento, estoy bien," respondió rápidamente, retomando el control del balón y corriendo hacia la portería. Pero en el fondo de su mente, la imagen de Emily, inclinada sobre los tubos de ensayo en el laboratorio, seguía persiguiéndolo.

***

Mientras tanto, Emily caminaba sola hacia su próxima clase, con su libro de ciencia ficción favorito en la mano. Sabía que había algo diferente en Jake, algo que había comenzado a notar la tarde anterior en el laboratorio. Tal vez no era solo el típico chico superficial que siempre había asumido.

Pero no podía permitirse pensar demasiado en ello. No podía dejarse llevar por algo tan tonto como un chico popular del instituto. Ella tenía sus prioridades claras: sus estudios, sus libros y su futuro. Rivertown High no era más que un paso en el camino, y Jake Thompson no iba a ser más que una nota al pie en esa historia.

O al menos, eso es lo que se repetía a sí misma mientras se sumergía nuevamente en las páginas de su libro, tratando de olvidar la sonrisa de Jake la tarde anterior.

''Entre Laberintos y Miradas''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora