Capítulo 32: Los fantasmas del pasado

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A veces, el pasado no desaparece, simplemente se esconde en los rincones más oscuros de nuestra mente, esperando el momento oportuno para reaparecer.

NARRA EMILY

Los días siguientes parecían deslizarse en una especie de monotonía gris. Jake seguía a mi lado, intentando llenar el vacío que Derek había dejado, pero la distancia emocional que había creado entre nosotros era palpable. Yo me sentía atrapada en un limbo entre el pasado doloroso y el presente incierto, y aunque él intentaba ser comprensivo y solidario, no podía evitar sentir que algo estaba faltando.

Decidí buscar un respiro en el parque del instituto una tarde. Necesitaba un espacio para estar sola con mis pensamientos y procesar el caos que Derek había traído de vuelta a mi vida. El parque estaba tranquilo, el viento movía suavemente las hojas de los árboles, y el murmullo de la naturaleza me ofrecía una falsa sensación de paz.

Me senté en una banca apartada, mirando el cielo nublado. Sentía el peso del pasado en cada respiro, como si las nubes fueran un reflejo de la tormenta que tenía en mi interior. Recordé los días felices con Derek, esos momentos que una vez me habían hecho sentir especial y amada. Pero ahora, esos recuerdos se habían transformado en un doloroso recordatorio de lo que había perdido. Lo que había sido una promesa de amor y felicidad se había convertido en una serie de recuerdos perturbadores y heridas abiertas.

De repente, el sonido de pasos me sacó de mis pensamientos. Giré la cabeza y vi a Derek. Mi corazón dio un vuelco, pero no de la manera que solía. Era un dolor agudo, como una punzada en el pecho. No estaba lista para enfrentar esto, no en este momento.

"Derek," dije, mi voz temblando mientras trataba de mantener la calma. "No es un buen momento."

Él se sentó a mi lado, su presencia como una sombra pesada en el aire. Me miró con una mezcla de arrepentimiento y desesperación que me hizo sentir aún más confusa. "Emily, necesito hablar contigo."

"¿Sobre qué?" pregunté, tratando de mantener mi tono firme. "¿Sobre lo que pasó entre nosotros?"

Derek asintió lentamente, sus ojos cargados de una tristeza que me hizo dudar de sus intenciones. "Sí. Quiero que entiendas que no quise que las cosas terminaran así. Cometí errores, y sé que te lastimé. No espero que lo olvides, pero quiero que sepas que estoy tratando de cambiar."

Lo miré con escepticismo, el dolor que había experimentado regresando con fuerza. "Cambiar no borra lo que pasó, Derek. No puedo simplemente olvidar lo que me hiciste. No puedo borrar las noches en las que me sentía sola y asustada, las palabras crueles que dijiste, las promesas rotas."

Él bajó la cabeza, sus hombros encorvados en un gesto de rendición. "Lo sé, y no espero que me perdones de inmediato. Estoy aquí porque me importa. Quiero hacer lo que pueda para enmendar las cosas, si es posible."

Me levanté de la banca, sintiendo que el mundo se desmoronaba a mi alrededor. "Lo que quiero ahora es seguir adelante. No puedo quedarme atrapada en el pasado, y tú no puedes obligarme a revivirlo. No quiero que tu presencia me recuerde continuamente lo que perdí y lo que sufrí."

Derek me miró con una tristeza profunda, y luego, en un gesto de aceptación, se levantó y se alejó. Lo observé mientras se iba, cada paso suyo sintiéndose como un latido doloroso en mi pecho. Sabía que este encuentro no había resuelto nada, pero al menos había sido un paso hacia enfrentar el pasado y recuperar algo de control en mi vida.

Regresé a la escuela con una mezcla de alivio y tristeza. No sabía si el encuentro con Derek había sido una verdadera oportunidad de reconciliación o simplemente un intento más de redención fallida. Lo que sí sabía era que el pasado seguía siendo una sombra en mi vida, y que necesitaba enfrentar esa sombra con valentía para poder seguir adelante.

Jake me esperaba en la entrada del instituto, su preocupación evidente en su mirada. Me tomó de la mano, su toque cálido y reconfortante en medio de mi tormenta emocional. Aunque no le había contado nada sobre el encuentro, sentía su apoyo incondicional. Sabía que debía ser honesta con él eventualmente, pero por ahora, me aferraba al consuelo de su compañía.

Cada paso que daba hacia el futuro parecía una lucha constante contra las sombras del pasado. A veces, el dolor parecía abrumador, como si no hubiera una salida. Pero con Jake a mi lado, sentía que tal vez había una posibilidad de sanar, de reconstruir mi vida a pesar de las cicatrices que llevaba conmigo.

La tarde en el parque había sido un recordatorio doloroso de lo que había sido y de lo que aún tenía que enfrentar. Pero también me había dado una pequeña chispa de esperanza: que a pesar de todo, podría encontrar la fuerza para seguir adelante y dejar atrás las sombras que aún me perseguían.

''Entre Laberintos y Miradas''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora