Capítulo 36: Rumores

4 0 0
                                    

La semana siguiente a nuestra noche mágica en el parque, la atmósfera en la escuela se volvió pesada, como si una sombra se hubiera cernido sobre nosotros. Lo que había sido una conexión genuina se transformó en un campo de batalla lleno de rumores venenosos que amenazaban con romper nuestro frágil lazo.

Mientras caminaba hacia mi clase, los murmullos alcanzaron mis oídos como un eco hiriente. "¿Escuchaste que Emily se está saliendo con Jake? Seguro es solo otra chica enamorada del popular."* La risa burlona de dos chicas me atravesó como un puñal, y mi corazón se hundió en el abismo de la inseguridad. El eco de sus risas resonaba en mi mente, desatando una tormenta de dudas sobre lo que realmente sentía Jake por mí.

En matemáticas, el ambiente era tenso. Jake se sentó a mi lado, pero su sonrisa habitual se había desvanecido, dejando solo una línea de preocupación. Su mirada, intensa y profunda, hablaba de batallas que se libraban en su mente. Me pregunté si también estaba afectado por las habladurías, o si tal vez había comenzado a pensar que yo solo era otra chica en su lista.

"¿Estás bien?" le pregunté, intentando descifrar el caos detrás de sus ojos. Cada segundo que pasaba, la ansiedad crecía en mi pecho.

"Sí, solo... hay muchas cosas en juego ahora", respondió, su voz cargada de una ansiedad que me inquietaba. Miré hacia otro lado, sin poder evitar el nudo en mi estómago. Las palabras que había escuchado me pesaban como una losa.

La campana sonó, marcando el final de la clase y la llegada de más rumores. En el pasillo, escuché cómo dos chicas comentaban: "Emily solo está con Jake porque quiere ser popular. No puede ser que le guste de verdad." La herida se hizo más profunda; cada palabra era como un veneno que infectaba nuestra felicidad. Me detuve un momento, el dolor recorriendo mi ser, preguntándome si realmente había algo de verdad en lo que decían.

Durante el almuerzo, la tensión era palpable. Jake y yo estábamos juntos, pero había un abismo entre nosotros, ampliado por las miradas curiosas y los susurros a nuestro alrededor. Intenté concentrarme en nuestra conversación, pero la atmósfera era impenetrable. Cada risa de otros estudiantes resonaba como un recordatorio de lo que podía perder.

"¿Has oído lo que dicen de nosotros?" le pregunté, sintiendo que no podía ignorar más la presión. No quería que nuestras inseguridades se interpusieran entre nosotros, pero la verdad era que me estaba costando respirar.

Jake suspiró, rascándose la nuca. "Sí, y no puedo creerlo. La gente inventa cosas sin parar. Lo que tenemos es real, Emily", aseguró, su mirada firme y decidida. Pero el eco de sus palabras no lograba ahogar las dudas que me atormentaban.

Pero a pesar de sus palabras, la inseguridad seguía alimentándose de mis dudas. "¿Y si no es así? ¿Y si realmente piensan que estoy contigo solo por la popularidad?" La idea me revolvía el estómago, una tormenta de inseguridad a punto de estallar. Sentía que cada mirada y susurro me empujaban hacia un precipicio del que temía caer.

Jake tomó mi mano con fuerza, su toque era un ancla en medio del caos. "No te preocupes por lo que digan. Lo que importa es lo que sentimos. No dejes que los rumores arruinen lo que hemos construido", dijo, su voz un faro de esperanza que iluminaba la oscuridad que me rodeaba. Sin embargo, el miedo seguía acechando en las sombras de mi mente.

Esa tarde, decidimos dar un paseo por el parque para despejar nuestras mentes. Frente al gran árbol donde habíamos compartido risas, Jake se detuvo. "Emily, quiero que sepas algo", comenzó, su tono serio. "No me importa lo que digan los demás. Tú eres lo más importante para mí. Quiero que esto funcione, sin importar los rumores".

Su sinceridad me llenó de una determinación renovada. "Tienes razón. No podemos dejar que esto nos afecte. Vamos a ser nosotros mismos", respondí, sintiendo que la conexión que teníamos era más fuerte que cualquier murmullo.

Con una nueva resolución, regresamos a la escuela decididos a enfrentar el huracán de rumores que nos rodeaba. Al caminar por el pasillo, nuestras manos entrelazadas, nos encontramos con un grupo de chicas que hablaban a nuestras espaldas. Esta vez, no me dejé llevar por la inseguridad.

"Hola, chicas", dije, tratando de sonar despreocupada. "¿Se están divirtiendo hablando sobre mí? Estoy aquí para quedarme, y Jake es un gran tipo. Así que tal vez deberíamos dejar de lado los rumores y enfocarnos en lo que realmente importa: la amistad y el respeto".

Las chicas quedaron atónitas, y un silencio incómodo se apoderó del lugar. Jake sonrió a mi lado, un brillo de orgullo en sus ojos. Habíamos cruzado una línea invisible, marcando un punto de inflexión en nuestra historia. La adrenalina corría por mis venas, y por primera vez, sentí que tenía el control sobre mi vida y mi historia.

Con un impulso de valentía, me dirigí hacia la cafetería con Jake, sintiendo que habíamos dado un paso hacia adelante. No sabíamos qué más depararía la semana, pero lo que sí sabíamos era que estábamos listos para enfrentar cualquier cosa que viniera, con la fuerza de nuestra conexión como nuestra mejor defensa.

Sin embargo, a medida que nos sentábamos, no podía evitar que las miradas curiosas me siguieran. Mi corazón latía desbocado, cada latido resonando en mi pecho como un tambor. Jake me miró con complicidad, como si pudiera sentir mi inquietud. "No vamos a dejar que esto nos afecte, ¿verdad?" preguntó, una chispa de determinación en sus ojos.

"No, no lo haremos", respondí, sintiendo que mis palabras eran más que una promesa. Eran un compromiso, un grito de guerra en medio del caos.

Los rumores podían intentar separarnos, pero con cada risa compartida y cada mirada cómplice, estábamos construyendo un refugio, un lugar donde el mundo exterior no podía entrar. Lo que teníamos era real, y nadie podría arrebatárnoslo.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 11 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

''Entre Laberintos y Miradas''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora