-Me alegra verte así----se escuchó un susurro detrás de su oído.
El frío aliento que escapó de sus labios rozó su cuello con una delicadeza inquietante. Aquella voz, incomparable y familiar, susurró suavemente a su oído; de inmediato se giró, atraída por su conexión, para encontrar la fuente de tales palabras. Era él, el único capaz de provocar un estremecimiento en cada fibra de su ser, el único que podía sumergirla en la profundidad de sus hipnóticos ojos azules.
-¡¿Estás loco?!----se alejó un paso atrás----no queremos que los rumores se expandan en la escuela----cruzó sus brazos.
-No importa qué piensen los demás----contestó abrumado----pero está bien, lo soportaré por ti----hizo una expresión para dramatizar su dolor.
-¿Qué es tan difícil de soportar?----lo observó extrañada con los ojos entre-cerrados.
-Estar a un paso de abrazarte, besarte, agarrar tu mano, incluso no podemos conversar durante mucho tiempo, ¿es fácil para ti?----la conversación se tornó demasiado seria.
-No tiene nada de malo ocultarlo, simplemente no quiero que los rumores se expandan o que los chicos me pierdan el respeto----habló brindando su opinión casualmente.
-Claro, es totalmente normal----se retiró molesto. Con una mirada vacía.
¿En serio se molestó?. No creo haber dicho nada malo. ¿O sí?.
A pesar de que estuvo impartiendo clases en otros salones como si nada sucediera, una nube oscura la acompañaba; hoy no tenía clases en el 11no2, y su mente se enfocaba en la conversación que había tenido con Fabricio. La inseguridad se apoderaba de ella: ¿había tomado la decisión correcta? Quizás, en su deseo de proteger su intimidad, había sido egoísta al ocultar su relación sin consultarle. Había asumido, erróneamente, que ambos estaban en la misma página; sin embargo, la realidad se deslizaba entre sus dedos, como arena en un reloj de arena.
Mientras caminaba por los pasillos, la frustración crecía en su interior. Fue entonces cuando vio a Brayden entrar a la enfermería. El extrañamiento la impulsó a investigar qué estaba sucediendo. Cuando cruzó la puerta, se sorprendió al encontrar la habitación vacía de enfermeras. Brayden estaba de pie, en el centro, con una mano sana presionando su otra mano, que manaba sangre. El pánico la envolvió y corrió hacia el botiquín de primeros auxilios, su corazón latía con fuerza, consciente de la urgencia.
-Siéntate aquí----agarrándolo por los hombros, hizo que se sentara en la camilla----¿Qué sucedió?----preguntó mientras curaba su herida.
-No fue una pelea----afirmó porque era lo que se esperaba de un chico como él----me corté mientras ayudaba a recoger unos vasos en el laboratorio de química----explicó calmado.
-El profesor de química es muy despistado, debería de tener más cuidado con sus experimentos----dijo apagada y suspirando mientras vendaba la mano del chico.
-¿Qué le preocupa?----preguntó conociéndola----usted nunca es así, puede contarme, o acaso, ¿pretende que confíe en usted sin que usted confíe en mí?----lo observó mientras él levantó una de sus cejas.
-Bien----suspiró terminando el vendaje----sucede que tengo una relación con alguien de esta escuela, él quiere que dejemos de ocultarla, porque la oculté sin preguntarle, ahora está enojado y no sé cómo arreglarlo.
-Es muy fácil, si en verdad quiere que todos lo sepan pero no quiere contarlo, hágale ver a todos que están juntos----Brayden había cambiado mucho. Antes no sería capaz de dar tal consejo.
-Tienes razón, sé exactamente lo que tengo que hacer, gracias----sonrió pensando en la escena perfecta para destapar todo.
-De nada----se acomodó en la camilla.
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Nuestro Otoño
Teen FictionPara muchos, la primavera es un canto de alegría y un renacer de la vida. También lo fue para mí en su momento, un tiempo de luz y esperanza. Sin embargo, esa esencia vibrante se ha desvanecido con el paso del tiempo. Mi primavera, una vez radiante...