A veces, anhelamos la verdad sin darnos cuenta de que podríamos no ser capaces de soportarla. Beatriz se sintió hipnotizada tras escuchar la historia de Fabricio. Su aterradora infancia le provocó una mezcla de desconcierto y tristeza interior. Lo amaba profundamente, pero el dolor que él había atravesado parecía eclipsar a sus propios sufrimientos. Su relación se había construido sobre patrañas y mentiras, y el encuentro en la escuela, que ella había querido creer que era una jugada del destino, resultó ser un golpe premeditado en el juego de Fabricio.
-Todo esto fue una gran mentira----mencionó confundida y con lágrimas en los ojos.
-Mi intención nunca fue enamorarte, no lo malinterpretes, esto simplemente sucedió y..----se detuvo unos pequeños segundos para suspirar----antes de que me diera cuenta, tú ya eras parte de mí.
-No intentes confundirme con palabras vacías, no lo vas a lograr----limpió sus lágrimas----sabías que para mí los valores de una persona son lo más importante y me mentiste----lo miró fijamente----¿si no hubiese visto ese mensaje me lo habrías contado hoy?.
-No, pensaba contártelo luego de encontrar a tu hermana, lo siento----bajó su mirada, sintiéndose indigno frente a ella.
-Al menos ahora eres sincero----se detuvo como si lo que fuese a decir le doliera más que nada----eres la única persona de la cual jamás dudé, podía dudar de mí misma pero jamás de ti, por eso no te pienso perdonar.
-No te pido que me perdones, te pido que me ames----esta vez la miró a los ojos, pero no encontró nada en su mirada.
-Adiós, Fabricio----dijo para luego voltearse y salir del lugar. Él intentó agarrarla del brazo, pero sintió que no la merecía. Dejándola ir.
Sentía como si la conexión que los unía se hubiera roto en mil pedazos, y las lágrimas saladas comenzaban a rodar por sus mejillas sin que pudiera detenerlas. El motivo de su llanto era confuso; ¿lloraba por el hombre que la había engañado? ¿Cómo era posible sentir dolor por alguien que había traicionado su confianza? En el fondo, esas lágrimas representaban el amor que aún sentía por él. Y sin embargo, ¿por qué no regresaba a su lado y lo perdonaba? La realidad es que muchos de nosotros perdemos aquello que amamos en nombre del orgullo. Sin embargo, el orgullo no es más que una palabra vacía que nos despoja, sin ofrecer nada a cambio. Valoramos un mero concepto que carece de sustancia por encima de algo que puede otorgarnos felicidad.
Caminó sola por las calles de la ciudad, sin rumbo aparente. Recordar el día en que Fabricio escapó del orfanato era fácil. No quería llegar a casa, lo que la llevó a reflexionar sobre los secretos que sus propios padres podrían estar ocultándole. No deseaba que nadie la viera en ese estado; lo último que necesitaba era ser bombardeada con preguntas que no estaba dispuesta a responder. Su mente, al igual que su camino, se movía erráticamente. No quería perdonarlo, pero también sentía que ya lo había hecho. Era tal la confusión que sentía, que parecía estar dividida en dos.
Sin darse cuenta, sus pasos la llevaron a un parque infantil. La reja estaba abierta, y no tenía otro lugar al que ir para despejar su mente. Dando un paso al frente, sus tacones se hundieron en la fina arena, y decidió deshacerse de ellos, sujetándolos con una mano mientras avanzaba descalza. La arena en sus pies le resultaba incómoda; nunca había sido amiga de la playa. Sin embargo, el peso del dolor en su corazón eclipsó esa molestia. Pensó que columpiarse podría ser una buena forma de despejarse la mente, pero se sorprendió al descubrir a una figura conocida sentada en uno de los columpios, balanceándose suavemente.
-¿Scarlett?----mencionó sorprendida. Aún con ojos llorosos.
-¿Por qué le sorprende?, el parque está al lado de mi casa----habló con simpleza, luego de echarle un vistazo rápido.
ESTÁS LEYENDO
Nuestro Otoño
Novela JuvenilPara muchos, la primavera es un canto de alegría y un renacer de la vida. También lo fue para mí en su momento, un tiempo de luz y esperanza. Sin embargo, esa esencia vibrante se ha desvanecido con el paso del tiempo. Mi primavera, una vez radiante...