Nuestro Otoño

Episodio: XV

Durante los últimos dos meses, la vida de Scarlett había tomado un giro inesperado. Tras el doloroso acto de enterrar a su padre, decidió aceptar la invitación de Beatriz para mudarse a su hogar. Juntas, comenzaron a empacar sus pertenencias: libros, ropa y recuerdos que hablaban de su pasado. El padre de Beatriz, al principio se rehusó a esta nueva convivencia, se mostró escéptico. Sin embargo, tras conocer a Scarlett, una joven de inteligencia brillante y sinceridad desarmante, su opinión cambió. A pesar de que Beatriz ya había tomado la decisión, la aceptación de su padre era importante para Scarlett, quien temía ser vista como una carga. Así, se esforzó al máximo para ganarse su aprobación.

La misma semana en que su padre falleció, Scarlett se ausentó completamente de la escuela. Al regresar, se enfrentó a la ardua tarea de recuperar el tiempo perdido y se sumergió en sus estudios con una determinación casi sobrehumana. Aunque en un principio consideró rendirse ante la tristeza, pronto decidió que el camino hacia adelante era el del esfuerzo. Sacrificó horas de descanso e incluso algunas de sueño para alcanzar sus metas académicas. Beatriz, preocupada por su bienestar, temía que la presión pudiera hacerle daño; incluso un día, Scarlett sufrió un pequeño sangrado nasal. Sin embargo, a pesar de las dificultades, Scarlett demostró tener una gran resistencia.

Una vez concluidas las pruebas, se encontró sin un objetivo inmediato y decidió inscribirse en el concurso de matemáticas de la escuela. Para su sorpresa, no solo participó, sino que logró ganar el certamen nacional. A pesar de recibir una invitación para competir en España a nivel internacional, Scarlett decidió rechazarla, permitiendo que el segundo lugar asumiera su puesto. Curiosamente, este chico también quedó en segundo lugar en la competencia internacional; parecía que el destino tenía un sentido del humor peculiar para él.

Con tantos logros académicos y su victoria en el concurso, Beatriz pasó de estar preocupada a sentirse inmensamente orgullosa de su amiga. Sin embargo, aún sentía que no podía quedarse de brazos cruzados. Así que propuso una idea al director de la escuela para recompensar a Scarlett por su esfuerzo y dedicación.

Fue así como, a diferencia de sus otros compañeros, Scarlett, Beatriz y el 11no2 en conjunto con otros profesores, se encontraron en un campamento en el Parque Provincial Algonquin, en Ontario.

-Este lugar es realmente hermoso----pronunció con impresión en sus ojos y labios separados, Hannah.

En ese momento, todos se detuvieron para admirar el paisaje que los rodeaba mientras caminaban por un largo sendero de madera. Los árboles, vestidos con una paleta vibrante de colores otoñales y algunos adornados con flores blancas, creaban una atmósfera mágica que parecía envolverlos en un abrazo natural. El camino se extendía hacia lo desconocido, dando la impresión de que los árboles se unían en un abrazo al final del sendero.

-Estoy segura de que te mueres por dibujar este lugar, ¿cierto?----preguntó Scarlett como si fuera obvio.

-¿Cómo lo sábes?----Hannah fingió estar sorprendida----cuando nos acomodemos, vayamos a un lugar bonito para dibujarnos, ¿quiéres?.

-Por supuesto, deberíamos de tener un recuerdo tan bonito y profundo como una pintura----curvó sus labios pero sus ojos parecían añorar algo.

-Si lo dices así, sonará muy triste, un recuerdo es para darte ánimos y hacerte sonreír en malos momentos, dibujaré uno así----dijo sonriendo.

-A veces los recuerdos más felices, son los que más te hacen llorar. Solo por el hecho de no poder vivirlos una vez más----mencionó dejando todo en un silencio profundo. Como si las palabras se las llevara el viento o no hubiese respuesta para tal verdad.

Al llegar al campamento, encontraron un amplio espacio cubierto de suave césped, ideal para acampar. El viento acariciaba suavemente el ambiente y la emoción era palpable entre los estudiantes, quienes aguardaban las instrucciones de sus profesores. Los chicos, se acomodaron a la sombra, disfrutando del momento mientras platicaban animadamente.