47: Encerrados

271 26 28
                                    

Me desperté porque había una cucaracha en mi cara... ¿¡CUCARACHA!?

-AAAAHHHHHHH- chille saltando del suelo y pataleando.

¡¿Que nunca me puedo despertar de manera normal?!

Esperen un segundo... ¿Dónde estoy?

Mire a mi alrededor. Todo era oscuro...

Era el sótano desconocido de la casa. ¿Me encerraron? Oh no ¡Tengo claustrofobia!

-¡¡Ayuda!! ¡¡Fui secuestrada por una cucaracha gigante con 12 patas y tres cuernos!!- comenze a gritar y luego guarde silencio... Esperando escuchar una respuesta.

-Au... Mi cabeza- dijo alguien debajo de un montón de chapas.

Tome un sartén y al mejor estilo Punzie, me acerque al lugar.

-¿Hay alguien ahí?... Estoy armada- dije alzando mi poderoso sartén.

-¿Rayita? ¿Eres tu?- dijo la persona saliendo de abajo de las chapas.

Jack.

Joder, ¡De todas las personas estúpidas existentes en esta casa, me viene a tocar este! ¿Enserio?

-¿Que pasa?- dijo tocando su cara.- ¿Tengo algo?

-No- dije cortante.

Arroje el sartén y me dirigi hacia la puerta otra vez.

-¡¡Voy a golpear al responsable de esto!!- grite girando el picaporte y empujando la puerta. No se habría. Estábamos atrapados.

-¡Vamos a morir!- gritó Jack.

-No imbécil, no vamos a morir. Almenos yo no.

Me miró con miedo.

Me senté sobre una especie de roca que estaba más al fondo del sótano.

-¡Aahh!- grito la roca.

Genial... La roca en la que me sente es oto idiota: Hiro.

-Mis hermosas costillas, mi hermoso cuerpecito- dijo levantandoce.

-¿Que haces aquí?- dije.

-Lo mismo digo.

-Pues, ni idea.- le respondí.

-Yo si se- dijo Jack.

-¿Que?- dije mirandolo confundida.

-Nada. Aún le duele la cabeza. No se lo que digo.

-Emm... Okey- dijimos Hiro y yo.

-Hay que buscar una salida- dije acercandome a la pequeña ventana que daba al cesped del jardin de la casa.

La abri e intenté pasar pero quedé atorada en la mitad de mi cuerpo.

-Eh... ¿Una ayudita?- dije intentando impulsarme hacia afuera.

Sentí que me empujaban desde mi trasero.

-¡No desde mi trasero, estúpidos!- les grite.

-L-lo siento- dijeron.

Esta vez me empujaron desde la cadera.

-¡Basta! Es inútil. Los sandwiches de Anna me hicieron engordar.- dije.

Los chicos desistieron y yo baje.

Nos sentamos a charlar hasta que alguien recuerde que hay dos pubertos y un idiota encerrados en el sótano, y nos vengan a rescatar.

-Tomen, traje bebida- dijo Jack de la nada.

-¿De donde la sacaste? - pregunté mientras la tomaba en mis manos.

Reality ShowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora