48: ¿¿Whatsapp??

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-...y esa es mi teoría de Elsa- me contaba Hiro.

-...  Osea que la mamá de Elsa engaño al rey con ¿un muñeco de nieve?- le contesté.

-Si, exacto.

-Interesante- dije prestando atención.

-Bueno, creo que es hora de dormir- dijo él mirando la pequeña ventana que se veía la tenue luz del la tarde. (Ah, me puse filosófica)

-Si, hay que dormir. ¿Por qué no vamos a los cuartos?

-Porque debemos simular estar enojados.- dijo con cara de obviedad.

-Pero, hace frio...-Dije

-Y estoy lejos de caaaasa...- cantamos.

-¿Sabes, Hiro? Eres mi mejor amigo en esta casa.

-¿Amigo?...-dijo por lo bajo... Como si yo no lo escuchara.- Eh... Digo, ¿Pero y Flor, Giane, Aztrid, Cande, no se, las chicas?

-Ay, ellas están locas Jajaja.- respondí acostándome en el suelo.

-Si , es verdad- me contestó haciendo lo mismo.

Nos quedamos en silencio... Escuchado el "agradable" sonido de las ratas caminando sobre las vigas del techo y el "armonioso" canto de las ranas de afuera.

De repente, un rayo y un trueno me hicieron saltar del susto.

-¡THOR PROTÉGEME!- grite.

Hiro me abrazo.

-Eh... le dije a Thor, no a ti.- dije.

-No me importa, duerme- me dijo.

¡Este chico esta loco! ¡¿Quiere quedar sin descendencia?!

Pero... De alguna manera me siento protegida siendo abrazada por un par de fideos.
Así que otra vez, se salvó de la golpiza.

-Descansa Hiro- dije escuchando la lluvia.

-Te quiero.

*** En mitad de la noche ***

-Oye, pero si podemos salir a buscar una manta ¿no?- dije despertandolo.

-Aquí es como un deposito, tiene que haber alguna.

Así que Hiro reviso todas las cajas hasta que encontró la manta en una.

-Bien, ahora si.- se envolvió en ella y me volvió a abrazar- buenas noches.

Joder. Si este chico sigue así voy a terminar como la verdadera Rayis... No quiero eso...

*** *** ***

-¡¡ARRIBAAAAA!!

-¡¡AAAAAHHH!! ¡¡UNA CUCARACHA QUE HABLA!!- grité.

-No, soy Bananas, el monito de Anna.- dijo Bananas... Digo, Anna fingiendo la voz de Bananas.

-Ay, buen día Anna. Saca tu sucio muñeco de mi cara.

-¡No le digas sucio! Yo tengo tu secreto y se lo puedo decir a todos.

-¿Que secreto?

Anna se paró y me señaló a Hiro aún abrazado de mi cintura.

Ay no.

-Y hoy, los dos seran mis esclavos. De lo contrario, les digo a todos de su relación.

Maldita, maldita, maldita.

-¿Anna?- dijo Hiro medio dormido

-No. Soy yo, Bananas- dijo alzando el muñeco y falseteando la voz.

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