25: El enigma de la Sala de los Menesteres.

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El aire fresco de la madrugada se colaba por las ventanas del castillo de Hogwarts, acariciando los rostros de los estudiantes que caminaban por los pasillos aún desiertos. Chiara, Violeta, Martin, Ruslana, Álex y Denna se dirigían con paso firme hacia la séptima planta, donde la legendaria Sala de los Menesteres aguardaba su llegada. El plan estaba en marcha, y aunque las dudas y el nerviosismo persistían, la determinación de los cinco amigos no flaqueaba. Cuando llegaron al lugar indicado, Chiara se detuvo frente a la pared desnuda, cerró los ojos y comenzó a caminar de un lado a otro, concentrándose en la necesidad urgente que los había llevado hasta allí. Después de tres vueltas, una puerta ornamentada apareció ante ellos, tan misteriosa y majestuosa como siempre.

—Allá vamos —susurró Chiara, abriendo la puerta y adentrándose en la penumbra.

La Sala de los Menesteres era un lugar fascinante, un almacén caótico de objetos olvidados, artilugios mágicos y reliquias de tiempos pasados. Las estanterías se alzaban hasta el techo, repletas de todo tipo de cosas que a primera vista parecían inútiles, pero que podían esconder secretos valiosos.

—Está repleto de cosas, ¿por dónde empezamos? —preguntó Martin, recorriendo con la vista el desordenado espacio.

—Mi bisabuela mencionó que el Escudo de Godric Gryffindor estaba relacionado con la posición de las estrellas —explicó Chiara, mientras sus ojos buscaban algún indicio entre los montones de chatarra—. Tenemos que encontrar algo que nos indique cuándo estarán en la posición correcta.

—¿Algo como un mapa estelar? —sugirió Denna, aunque su voz dejaba entrever que no estaba del todo seguro.

—Tal vez un reloj —murmuró Ruslana, inspeccionando una vieja vitrina llena de relojes polvorientos—. Algunos relojes antiguos estaban diseñados para marcar eventos astronómicos.

—Eso tiene sentido —asintió Violeta, acercándose a Ruslana para examinar los relojes junto a ella—. Si este escudo está oculto hasta que las estrellas estén en la posición correcta, necesitaríamos saber exactamente cuándo ocurrirá eso.

Mientras los demás se dispersaban por la sala, Chiara se sumergió en una sección que parecía contener objetos relacionados con la astronomía. Había antiguos telescopios, mapas estelares y una esfera armilar cubierta de polvo. En un rincón oscuro, algo llamó su atención: un cristal grande y polvoriento colgaba de la pared, casi oculto por un tapiz rasgado. Chiara se acercó lentamente y alzó la mano para quitar el polvo que lo cubría. Al hacerlo, reveló un grabado intrincado que representaba las cuatro casas de Hogwarts en sus respectivos cuadrantes. Pero lo que realmente captó su atención fue una inscripción en latín que rodeaba el cristal.

—He encontrado algo —llamó Chiara a sus amigos, quienes rápidamente acudieron a su lado.

—¿Qué dice? —preguntó Violeta, observando la inscripción con curiosidad.

—"Sub hoc signo vinces cum stellarum chorus" —leyó Chiara en voz alta, frunciendo el ceño mientras trataba de descifrar el significado—. "Bajo este signo vencerás cuando el coro de las estrellas esté alineado".

—Eso tiene que ver con la alineación estelar, sin duda —dijo Martin, acercándose más para examinar el grabado—. Pero, ¿qué significa "bajo este signo"?

—Debe referirse a un momento específico —sugirió Denna, acariciando su mentón pensativa—. Tal vez la clave esté en el escudo mismo.

Chiara observó el escudo con más atención y notó que había pequeñas marcas en los bordes, casi imperceptibles a simple vista.

—Aquí hay algo más —murmuró, señalando las marcas—. Parecen ser indicadores, como si señalaran un tiempo específico.

Álex se inclinó hacia el escudo, tratando de discernir las marcas.

USA MIS MANOS - KIVI (HOGWARTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora