El aire en el despacho de la profesora McGonagall era solemne, cargado de la tensión que precede a una misión peligrosa. La luz del atardecer se filtraba a través de las ventanas, proyectando sombras alargadas sobre las paredes de piedra. Frente a la directora, Chiara y Violeta se encontraban de pie, con el escudo de Gryffindor sostenido entre ellas. El escudo, recuperado tras una intensa búsqueda en la Sala de los Menesteres, brillaba débilmente, como si el mismísimo Godric Gryffindor estuviera presente en la habitación.
McGonagall observó el escudo con una mezcla de asombro y reverencia. Sus ojos, normalmente severos, reflejaban un destello de emoción contenida. Finalmente, tras un largo silencio, habló.
—Esto... —dijo suavemente, extendiendo una mano hacia el escudo—. Es una reliquia invaluable. Nunca pensé que lo veríamos de nuevo.
Chiara asintió, sintiendo el peso de la responsabilidad que habían asumido al recuperar el escudo.
—Lo encontramos anoche, profesora —comenzó a explicar—. Pero eso no es lo más importante. Hemos descifrado una inscripción en él que nos llevó a un descubrimiento inquietante.
McGonagall alzó una ceja, su interés claramente despertado.
—¿Qué inscripción?
—Dice: "Donde los lobos aúllan, ahí se esconde lo afilado". Creemos que se refiere a la daga de Salazar Slytherin, la última reliquia, que podría ser utilizada por Lucien Blackthorne para sus oscuros propósitos —explicó Violeta, con voz firme.
La expresión de McGonagall se endureció al escuchar el nombre de Blackthrone.
—¿Y han deducido dónde podría encontrarse esta daga? —preguntó, aunque su tono sugería que ya había llegado a la misma conclusión.
Chiara intercambió una mirada con Violeta antes de responder.
—Creemos que está en Azkaban —dijo Chiara finalmente.
El silencio que siguió a sus palabras fue denso, cargado de implicaciones. Azkaban, la prisión más temida del mundo mágico, era un lugar del que pocos regresaban con la cordura intacta. La simple mención del nombre era suficiente para infundir terror en el corazón de cualquier mago o bruja. McGonagall cerró los ojos brevemente, como si pesara las palabras que estaba a punto de pronunciar.
—Azkaban no es un lugar al que se deba ir a la ligera —dijo finalmente, su voz grave—. No es solo una prisión, es un pozo de desesperación. Los dementores que custodian ese lugar se alimentan del miedo y la desesperanza. Son criaturas que no conocen la piedad y la oscuridad que envuelve Azkaban puede consumir incluso a los más valientes.
Violeta apretó los labios, consciente de los riesgos que estaban a punto de enfrentar.
—Entendemos el peligro, profesora, pero creemos que es la única manera de detener a Blackthrone. Si él obtiene la daga, su poder podría desatar un caos inimaginable —dijo con determinación.
McGonagall observó a las dos jóvenes con una mirada calculadora, evaluando su resolución. Sabía que no podría disuadirlas; su determinación era evidente. Finalmente, asintió con un suspiro resignado.
—Prométanme una cosa —dijo, suavizando su tono—. Que actuarán con la máxima precaución. No subestimen los peligros de Azkaban. Y recuerden... sigan sus corazones, pero usen su cabeza.
Chiara y Violeta asintieron solemnemente, sabiendo que las palabras de McGonagall eran tanto una advertencia como un consejo.
Antes de que se marcharan, McGonagall tomó el escudo y se lo devolvió a Violeta, sosteniéndolo por un momento antes de entregárselo.
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USA MIS MANOS - KIVI (HOGWARTS)
FanfictionVioleta es la prefecta de Gryffindor. Chiara es la capitana del equipo de Quidditch de Slytherin. La rivalidad entre ambas casas sigue siendo evidente y, aunque los tiempos han cambiado, cierto aura de intranquilidad empieza a respirarse entre los p...