La estación King's Cross estaba abarrotada de estudiantes que regresaban a Hogwarts, cada uno con su baúl a cuestas y emociones a flor de piel. Chiara y Violeta caminaban de la mano, seguidas de cerca por sus padres. El andén 9 ¾ se extendía ante ellas como un mundo paralelo, lleno de magia y promesas para el nuevo año escolar. Sin embargo, ambas sabían que este invierno no sería como los anteriores.
La madre de Violeta, una mujer con un semblante cálido pero preocupado, miraba a su hija con una mezcla de orgullo y temor. Sus ojos, ligeramente enrojecidos, no podían disimular la ansiedad que sentía al despedir a su hija. Aunque había intentado mantenerse fuerte durante la hospitalización de Violeta, ahora que la veía tan recuperada y decidida, no podía evitar preocuparse por lo que estaba por venir.
—Prométeme que tendrás cuidado, Violeta —dijo su madre, tomando sus manos entre las suyas.
Violeta le sonrió con ternura, apretando sus manos con suavidad.
—Lo prometo, mamá. Y prometo escribir una vez a la semana, para que sepas que estoy bien.
La madre de Violeta asintió, aunque su expresión seguía siendo de preocupación. El padre de Violeta, un hombre callado y observador, se acercó para darle un abrazo firme y reconfortante.
—Cuídate mucho, hija. Estamos muy orgullosos de ti.
Violeta sintió una punzada de culpa por la angustia que sabía estaba causando a sus padres, pero les devolvió el abrazo con fuerza, agradecida por su apoyo incondicional.
A unos pasos de distancia, Chiara se despedía de sus propios padres. Emma y su esposo mantenían la compostura, pero no podían evitar sentir una mezcla de orgullo y temor por lo que su hija estaba a punto de enfrentar. Sabían que Chiara estaba destinada a grandes cosas, y aunque la idea de que pudiera ser la clave para liberar a su familia de la maldición de sangre que los había atormentado durante generaciones les llenaba de esperanza, también les aterrorizaba el peligro que conllevaba.
—Chiara, queremos que sepas que estamos muy orgullosos de ti —dijo su madre, con una voz firme pero suave—. Sabemos que eres la única que puede poner fin a todo esto.
Chiara sintió una opresión en el pecho al escuchar las palabras de su madre. Sabía que debía mostrar fortaleza, no solo por sí misma, sino también por sus padres. Asintió con determinación, aunque por dentro se sentía desbordada por la magnitud de la responsabilidad que recaía sobre sus hombros.
—Haré todo lo posible para protegeros y acabar con esto de una vez por todas —respondió Chiara, forzando una sonrisa para calmar a sus padres.
Su padre la abrazó con fuerza, y por un momento, Chiara sintió el peso del amor y la preocupación de sus padres. No quería defraudarlos, y menos aún poner en peligro a quienes amaba. Cuando se separaron, Emma le acarició la mejilla con una ternura que Chiara no había visto en mucho tiempo.
—Recuerda que siempre estaremos aquí para ti, pase lo que pase.
Chiara asintió, su entereza fingida empezando a desmoronarse. No podía permitirse el lujo de mostrar debilidad, no ahora, cuando tantas cosas dependían de ella. Con una última mirada de despedida, se giró hacia Violeta, quien ya había terminado de despedirse de sus padres.
—¿Lista para volver a Hogwarts? —preguntó Violeta, tratando de sonar ligera pero con una preocupación oculta en sus ojos.
Chiara asintió y, juntas, se dirigieron hacia el tren. Sus amigos, Denna, Martin, Álex y Ruslana, ya estaban allí, esperándolas en uno de los vagones. Cuando las vieron llegar, les hicieron señas desde una ventana.
—¡Aquí estamos! —gritó Álex, agitando una mano con entusiasmo.
Las chicas subieron al tren, y en cuanto estuvieron dentro, fueron recibidas con abrazos y saludos cálidos por parte de sus amigos. El grupo se acomodó en un compartimiento espacioso, dejando los baúles y las jaulas de sus mascotas a un lado. El tren comenzó a moverse, y pronto dejaron atrás la estación, entrando en un túnel que los llevaría de regreso al mundo mágico. En el compartimiento, la conversación fluyó de manera natural. Aunque el ambiente era ligero, todos sabían que el tema del enfrentamiento con Lucien Blackthrone y la búsqueda de las reliquias no podía ser ignorado por mucho tiempo.
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USA MIS MANOS - KIVI (HOGWARTS)
FanfictionVioleta es la prefecta de Gryffindor. Chiara es la capitana del equipo de Quidditch de Slytherin. La rivalidad entre ambas casas sigue siendo evidente y, aunque los tiempos han cambiado, cierto aura de intranquilidad empieza a respirarse entre los p...