CAPÍTULO 22

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MARATÓN 1/4.

RAMÓN PARRA.

A veces los padres hacemos cosas creyendo que son las mejores para nuestros hijos, pero a veces las cosas no son realmente lo que creemos y terminamos dañándolos más. La noche del accidente de Cesar creí des fallecer al ver a mi hijo postrado en esa cama sin esperanzas de vida y ver a T/n bien, con solo rasguños me hizo pensar muchas cosas, ella lo alejó de nosotros, lo apoyo en esa locura de empresa que al final resulto ser todo un éxito y en poco tiempo lo catapultó en el área de venda de autos, la hizo su esposa y merecedora de toda la fortuna que había acumulado. Eso me llevo a pensar muchas cosas y todas tenían una sola respuesta. Ella intentó matarlo para quedarse con todo, apartamento, carros, dinero y una empresa con muchos beneficios. La necesidad de vengar a mi hijo me orillo a acusarla y alejarla de mi hijo.

Pensando que era lo mejor para él ocultamos su existencia, hicimos desaparecer toda prueba de que ella había estado en su vida. Pero no hay nada oculto entre el cielo y la tierra y después de muchas investigaciones descubrí mi error, lo que le paso a mi hijo fue solo eso un accidente, un borracho los arrollo y según el detective Cesar salió más lastimado porque protegió a T/n con su cuerpo, pero ya era tarde para enmendar mi error hacía seis meses que ella había desaparecido y ni los mejores detectives del país pudieron dar con su paradero.

Por siete largos años he cargado con la culpa de ver a mi hijo triste y solo. El trabajo se había convertido en su única distracción, lo único que le daba sentido a su vida. Tenía miedo de decirle la verdad y que él nos juzgara, creo que no tenemos justificación para lo que hicimos y peor aún cara para enfrentarlo. El día del almuerzo en Parra Phoenix Automotriz la vi, supe que era ella al instante, Carlos, Christian y el abuelo también lo notaron, pero la forma en que me miraba me dejo mudo, no era la misma chica tierna que avengamos en nuestra casa y que hizo de nuestro hijo una mejor persona, en su mirada había determinación y sé que venía por mi hijo. Saber que era viuda y madre de dos hijos, me lleno de curiosidad, pero más de culpa. Si esos niños eran mis nietos, nunca me lo perdonaría. Mi hijo volvió amarla como la primera vez por primera vez en mucho tiempo lo vi relajado, lo escuché reír a carcajadas y supe que Alaia Lambert era T/n Pereyra.

La misma mujer que sostiene dos hermosos niños frente a nosotros, una hembra y un varoncito, cada uno son una exacta versión de Cesar en miniatura. Ver la cara de adoración y orgullo en el rostro de mi hijo es indescriptible. El ama a esos niños sin saber siquiera quién son y la culpa se instala en mi pecho.

Paola no resiste y se acerca a ellos, desde que Lesley le dijo de la existencia de esos niños ella no ha tenido sosiego, solo pensarlos es un motivo para llorar. Su necesidad por hacer contacto es inmensa y me aterra la idea de que T/n no se lo permita, le suplico con la mirada para qué la dejé acercarse y al final acepta. Me muero por acercarme, pero sé que no lo merezco, no después de lo que hice. Luna, que está a mi lado, toma mi mano y cuando la mira sus ojos están rojas por las lágrimas contenidas.

- Son sus hijos, papá - susurra solo para mí, yo asiento y trago el nudo de mi garganta. Carlos y Christian están igual de emocionados que nosotros, pero no se atreven a acercarse.

Somos llamados al acto de inicio y para sorpresa de todos Ana Julia y Paul agarran a Cesar por la mano, luego a su madre y los vemos a alejarse como una familia feliz...

Sé que T/n no nos va a permitir estar cerca de nuestros nietos y realmente no lo merecemos, pero esos niños son tan especiales que buscaremos la forma de ser parte de su vida.

- Cesar, tiene que saber la verdad - dice Carlos cuando mi hijo y T/n caminan hacia su auto agarrados de la mano.

- ¿Y si no nos perdona? - susurra Andrea.

Te quiero de vuelta👨‍👩‍👧‍👦✨️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora