CAPÍTULO 30

831 54 1
                                    

T/N PEREYRA.

Los Parras todo este tiempo han mantenido su distancia y es algo que les agradezco, mientras ellos se consuelan entre sí, Taylor se acercó para ofrecerme un café o té, pero decline la idea, mi garganta está sellada en estos momentos, yo solo espero una respuesta y que sea positiva, necesito saber cómo está, Cesar. Él ya sabe quiénes somos, pero la idea de que nos recordara solo por quince minutos me aterra. No creo que pueda seguir mintiéndole un minuto más.

La puerta de la habitación donde se encuentra Cesar se abre y de la misma sale el doctor que nos recibió y camina hacia nosotros. Inmediatamente, todos nos ponemos de pie y vamos a su encuentro.

- ¿Cómo está? - susurro con voz ronca. Mi garganta está seca y siento una fuerte opresión en el pecho - Se va a poner bien, ¿Cierto? - susurro con ansiedad.

- El señor Parra tiene una pequeña inflamación en su cerebro que, según los estudios, no va a comprometer nada de su organismo, solo es cuestión de tiempo para que la inflamación ceda y él despierte - nos explica el doctor.

- ¿Cuánto tiempo? - pregunto impaciente, mientras los recuerdos de la última vez que escuche esas palabras me golpean fuerte. Transcurrió un mes. Un largo y espantoso mes para que Cesar despertara y cuando lo hizo cambio el rumbo de nuestras vidas para siempre.

- ¿Que va a pasar con su memoria? - la voz de Paola sale entrecortada - Hace siete años él... - un sollozo no la deja terminar.

- Como le dije antes, no hay peligro con esto - responde el doctor y todos suspiramos aliviado - Puede que el señor haya estado sometido a mucho estrés, haya recibido una fuerte impresión o solo necesite descansar. Por eso su cuerpo será el único responsable de su recuperación y pronto despertar - nos explica -En un momento lo vamos a pasar a una habitación para que estén con él.

- Gracias, doctor - susurra Paola. El doctor asiente y se va.

Lo veo alejarse y me abrazo a mí misma, ya que mis brazos son el único consuelo que tengo en estos momentos, vuelvo a la silla que he ocupado las últimas dos horas y me quedo mirando un punto fijo en la pared hasta que siento que alguien se sienta a mi lado. Volteo a ver quién es y me encuentro a Paola, su mirada está cargada de tristeza y arrepentimiento. Me mira por largo rato, limpia sus lágrimas y estas vuelven a salir, suspira y luego habla.

- Él va a estar bien - palmea mis manos y la siento temblar - Ahora más que nunca tiene motivos para levantarse de esa cama - dice con felicidad - Sé que de ahora en adelante mi hijo va a ser feliz, como era desde que te conoció siendo apenas un adolescente. Tú lo cambiaste aquella vez y siete años después lo volviste hacer. Eres magia en cuanto a mi hijo se refiere - muerde su labio y traga en seco.

- Paola, yo... - su mano está sobre las mías y la siento temblar.

- Gracias por regresar, por darle sentido a su vida y por quitarnos esta carga tan pesada que llevamos desde que te acusamos injustamente. Este no es el lugar ni el momento, pero creo que es el necesario para pedirles perdón, a ti y a mis angelitos. A mi hijo, no sabía que esto iba a ser tan difícil para todos. Puede que esta sea la última vez que pueda estar cerca de ustedes - sus lágrimas salen otra vez y mi corazón se encoge - Pero también sé que es lo mínimo que merecemos por haberlos separado.

- Cesar, no se va a alejar de ustedes. Ustedes son su familia.

- Su familia son ustedes y nosotros somos los culpables de que él se perdiera los mejores momentos de la misma - vuelve a llorar. En realidad no sé qué decirle, sus palabras son muy acertadas, pero no creo que Cesar los saque de su vida o de los niños, talvez se enoje, pero separarse de su familia no y si es así es posible que yo reciba el mismo trato...

Te quiero de vuelta👨‍👩‍👧‍👦✨️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora