CAPÍTULO 49

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CESAR PARRA.

El estruendo de un trueno y la luz de un rayo ilumina la inmensa sala de la casa, mientras los cielos se caen en un diluvio que arrastra todo a su paso e imita a la perfección, como me siento en estos momentos, esta situación me tiene desbastado y no sé cuánto tiempo más pueda soportar su ausencia.

Han pasado tres días desde que T/n desapareció, los mismos han sido los más largos de mi existencia. No hemos tenido noticias de ella a pesar de haber movido cielo y tierra, y de tener a todos los cuerpos castrenses trabajando para nosotros. Siquiera hemos recibido una llamada pidiendo una recompensa por su rescate, nada. Es como si la tierra se la hubiera tragado y de solo pensar en eso, me siento desfallecer. Miles de personas desaparecen a diario y jamás regresan.

Ya no sé qué decirles a los niños para que me crean que su madre va a regresar con nosotros, que solo es cuestión de tiempo y cuando preguntan cuanto tiempo no sé qué responderle. Solo espero que ella y mis angelitos estén bien. No creo poder soportar, perder a ninguno de los tres...

Después de la intensa lluvia de anoche, los primeros rayos del sol aparecen y me dan esperanza de que cuando vuelvan a ocultarse otra vez, mi nena estará aquí con nosotros. Sin su presencia, esta habitación y esta cama me resultan inmensas y agobiantes, es como si todo el oxígeno que aquí había se fue con ella, solo me consuela el olor que conserva su almohada. Me levanto de la cama y después de una ducha voy al cuarto de seguridad a ver que noticias hay.

- ¿Y? - le preguntó a Taylor y Welch que trabajan sin descanso. Sawyer está en el hospital y se mantiene al tanto de todo desde allá, la culpa no lo deja descansar y en realidad él no tiene la culpa quien iba a pensar que esto iba a pasar.

- Todavía nada, señor - dice Taylor en tono compasivo, me recuesto del marco de la puerta y voto el aire que contenía, mientras esperaba que su respuesta fuera positiva. Asiento y me doy la vuelta para ir en busca de mi único consuelo en estos momentos.

Mis hijos.

Primero paso por la habitación de mi princesa y al llegar la encuentro sentada en la cama mirando hacia la pared donde descansa una foto de ella y su madre, me duele verlos tan tristes. Nunca se habían separado de su mamá y hacerlo de esta manera les está haciendo mucho mal, segundos después se percata de mi presencia y limpia sus lágrimas con rapidez para que no lo note. Se supone que no deben llorar, ella al igual que Paul prometieron no llorar y yo a cambio les prometí traer a T/n y no contarle qué han estado haciéndolo, pero sé que es una promesa imposible de cumplir, su mami no está.

- Hola, papi - dice con voz rasposa e intenta sonreír.

- Hola, princesa - entro a la habitación, me siento a su lado en la cama y la abrazo, ella se aferra a mis brazos y siento sus lágrimas mojar mi camiseta. Paso la mano por su cabecita hasta que ella se tranquiliza - Todo va a estar bien, mi niña. Mami va a volver pronto - ella asiente y sale de mi abrazo, pero cuando la miro a los ojos me entristece ver que los mismos han perdido ese brillo especial que tenían antes, todo es tristeza - ¿Vamos a buscar a Paul y luego a desayunar? - vuelve asentir, así que la tomó en mis brazos y vamos a la habitación de Paul, pero él no está. Así que hago mi camino hacia la cocina.

- Buenos días, Gala - ella se da la vuelta - ¿Has visto a Paul?

- No, señor.

- Buenos días - Lesley entra a la cocina y sus ojeras son tan notables como su falta de ánimo - Hola, princesa - besa la frente de Ana Julia.

- ¿Paul durmió contigo? - le preguntó.

- No. Anoche lo deje dormido en su habitación.

- No está - susurro y ella corre a buscarlo.

Te quiero de vuelta👨‍👩‍👧‍👦✨️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora