Te quiero de vuelta👨‍👩‍👧‍👦✨️

CAPÍTULO 24

MARATÓN 3/4.

CESAR PARRA.

Asciendo por su cuerpo desnudo hasta quedar más o menos a su altura, su pecho sube y baja con rapidez por el intenso orgasmo que le dieron mis labios, el cual todavía causa estragos en su delicioso cuerpo. Sus ojos permanecen cerrados y veo como sus dientes muerden su labio inferior, sus mejillas sonrosadas y su hermoso cabello está esparcido por la almohada, mientras sus manos van soltando el agarre de las sábanas, me acomodo entre sus piernas y mi dedo hace un recorrido desde su cuello hasta su feminidad que yace empapada y palpitante a la espera de mí, entrelazo nuestras manos para luego besar su nariz, su boca, su cuello y luego ir a su oído para susurrarle.

- Abre los ojos, Alaia. Quiero verte cuando me recibas, cuando nos demos placer, cuando llegues a la cima del placer y grites mi nombre una y otra vez.

- Cesar - gime, al sentir como juego con mi miembro en su entrepierna, abre los ojos y ese café me llena de esperanza, de fe, amor y felicidad. La beso con delicadeza, mientras entro despacio en ella, su feminidad húmeda y caliente le da la bienvenida a mi hombría y lo abraza con sus paredes, es increíblemente excitante moverme dentro de ella y cuando su pelvis sigue mis movimientos me llevan al límite, nuestras caderas se mueven al compás, mientras nuestras miradas son una sola, aprieto sus manos y me adentro más en ella arrancando un intenso gemido de su garganta, aumento mis movimientos y su pelvis choca contra la mía con más fuerzas, un estremeciendo recorre mi espalda anunciándome que estoy cerca, mejor dicho que estamos cerca, está tan apretada que es casi doloroso salir de ella pero increíblemente delicioso.

- Vamos juntos, nena - gruño embistiéndola otra vez, una más y me derramo en ella con fuerza, soy sacudido por los espasmos de mi orgasmo y cuando llega lo prolonga y lo hace más intenso. Sus ojos están cerrados y respira con dificultad, beso sus labios y salgo despacio de ella quien se estremece, me acomodo a su lado y la atraigo a mi pecho. Susurra un "Te amo" muy bajito y luego suspira pesadamente, se quedó dormida entre mis brazos. Beso, su cabeza y sonrió satisfecho...

Son apenas las 6 de la mañana, pero anoche no tuve corazón para despertarla y llevarla a su casa, así que cubrí nuestros cuerpos y me permití disfrutar su calidez, mientras dormía. Despertar y encontrarla a mi lado no tiene definición, es una sensación tan gratificante y juro que doy todo lo que tengo para que sea siempre así. Ahora su hermoso cuerpo desnudó reflejado en el espejo me da una impresionante vista del mismo desde donde estoy haciendo el nudo de mi corbata, me gustaría que durmiera unas horas más, pero sé que si los niños llegan a despertar y no la encuentran será difícil, ajusto mi corbata y camino hacia ella para despertarla.

Beso, sus labios entreabiertos, ella se remueve, pero no abre los ojos, la vuelvo a besar, ella gime y va abriendo los ojos despacio, parpadea varias veces y verla despertar es algo inexplicable, que yo sea lo primero que vean sus ojos no tiene precio.

- Buenos días, hermosa - la beso castamente y ella sonríe complacida, pero luego abre mucho sus ojos y su rostro se pone serio, se incorpora rápidamente en la cama haciendo que mi vista recaiga en sus deliciosos pechos desnudos.

- ¿Días? - susurra horrorizada y yo asiento - Por Dios, los niños - la miro a la cara y sonrió ante su preocupación.

- Tengo todo cubierto - digo con suficiencia, ella abre mucho los ojos, yo asiento y miro mi reloj - Tienes quince minutos para bañarte y cambiarte. Así llegaremos antes de las 6:30 que los niños despierten - se carcajea y niega, para luego incorporarse en la cama, me besa castamente y camina a toda prisa hacia el baño, cierra la puerta para abrirla otra vez de inmediato. La miro con una ceja levantada.

- Te amo, Cesar Parra - dice y se vuelve a perder en el baño, es inevitable no reírme con todas mis fuerzas, esta mujer me tiene loco por ella y al parecer yo a ella, ¿Qué más puedo pedir?...