PROLOGO

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T/N PEREYRA.

Mi relación con Cesar fue una historia de amor hermosa, alocada y apasionada de las que pudo existir. Sin miedo a equivocarme fue amor a primera vista.

Nos conocimos cuando mi madre entro a trabajar a su casa como ama de llaves y me llevo con ella yo solo tenía 16 años, recuerdo ese día como si fuera hoy, la primera vez que lo vi me perdí en sus hermosos ojos cafés y cuando nuestras manos se juntaron una extraña, pero deliciosa corriente recorrió todo mi cuerpo, pero él se negaba a aceptar que entre nosotros había tal atracción, hasta que ninguno de los dos pudo ocultarlo más y le dimos rienda suelta a nuestro amor.

Los señores Parras me acogieron como una segunda hija, conocí a todos sus hijos desde que Luna era una bebé. Carlos al igual que Christian me querían mucho y cuando se enteraron de que entre Cesar y yo había algo se pusieron muy contentos, siempre tuvimos su apoyo incondicional, mi madre por su parte no estaba de acuerdo según ella por las diferentes clases sociales las mismas que el amor no conoce, ella nunca se opuso a que lo viera y siempre nos hacía la segunda cuando lo necesitábamos.

Nuestro lugar de encuentro era la casita del embarcadero, ahí me hizo suya por primera vez, peleamos, reímos, lloramos, pero siempre estuvimos el uno para el otro incondicionalmente, Cesar se fue de la casa año y medio antes que yo para ir a la Universidad, cuando me toco ir a mí gané una beca y conocí a Lilian mi mejor amiga tiempo después conoció a Carlos y comenzaron una relación, los cuatro éramos inseparables.

Todo fue empeorando cuando Cesar dejo la Universidad y quiso empezar su negocio, Ramón se enojó mucho y le quito todo su apoyo, esa noche él llegó a mi casa llorando de frustración e impotencia al no entender por qué su padre no lo apoyaba en sus sueños, Carlos y Christian si lo apoyaron y le prestaron dinero para que comenzar su negocio, seis meses después fue la inauguración oficial de Parra Phoenix Automotriz, todos estábamos felices por su logro y al final Ramón tuvo que dar su brazo a torcer al ver él logró de su hijo, lo que no le gusto fue enterarse de lo nuestro, se opuso rotundamente y me acuso de arribista y aprovechada, pero eso no fue un impedimento para nosotros, dos semanas después nos fuimos a las Vegas, acompañados de Lilian, Vanessa, Christian, Carlos y Andrea, como testigos para nuestra boda. Allí nos juramos amor eterno.

Regresando a Phoenix como el señor y la señora Parra, nos fuimos a vivir a una casa que había comprado Cesar. Dos meses después me enteré de que estaba embrazada de mellizos, para nosotros fue una gran sorpresa, pero no se comparaba con la felicidad que sentíamos al saber que nuestro amor había dado frutos. Pero todo cambió drásticamente la noche de 28 de julio, cuando regresábamos a la casa de una cena con unos socios, Cesar iba acariciando mi panza, mientras conducía, cruzábamos un semáforo, un camión se metió y nos golpeó, lo último que recuerdo es ver a Cesar quitar su cinturón para luego tirarse sobre mí y cubrir mi cuerpo...

Desperté en el hospital con un fuerte dolor de cabeza, mi madre estaba a mi lado, me dolía todo, pero lo primero que hice fue tocar mi vientre, rogando a Dios que mis bebes estuvieran bien, mi madre me dijo que tenía que guardar reposo porque corría el riesgo de perderlos, pero cuando le pregunte por Cesar estallo en llanto y yo pensé lo peor, luego me explico que él estaba en coma por todos los golpes que recibió, le pedí que me llevara con él, al principio se negó, pero antes mi insistencia me llevo con una silla de ruedas, como era de esperar él tenía la visita restringida, pero como yo era su esposa me dejaron pasar, estaba conectado a muchos tubos, tenía una venda en la cabeza, un brazo y una pierna enyesada, no pude evitar llorar, mientras le pedía que se levantara de esa cama, que mis hijos y yo lo necesitábamos...en ese momento Ramón y Paola entraron a la habitación en sus miradas vi tristeza y odio, me sacaron de la habitación y me prohibieron la entrada a la misma.

- Usted no puede hacerme esto - le digo con voz entrecortada - Cesar es mi esposo y ni usted ni nadie me va a quitar el derecho de estar con él.

- Vamos a ver si no - me dice, miro a Carlos y a Christian mirándome con recelo - Tú intentaste matar a mi hijo para quedarte con todo lo suyo - me acusa - Eres una arribista.

- Ramón, por Dios. ¿Qué dice? - dice mi madre - T/n ama a tu hijo y nunca haría algo así.

- Las pruebas dicen todo lo contrario y no voy a descansar hasta que pagues por lo que hiciste - eso es una amenaza.

- Vamos a esperar a que él despierte y lo saque de su error - le digo - Pero, mientras tanto, yo soy su esposa y tengo todo mi derecho.

Por dos largos meses estuve todos los días haciéndole compañía a mi esposo, los Parras se volvieron en mi contra, cada día que pasaba me acusaban de intentar asesinar a su hijo, por recomendación de mis padres no dije nada acerca de mi embarazo para que no fuera peor su represalia contra mí.

El día que Cesar despertó yo no estaba con el debido a que tenía control prenatal, pero una enfermera que se hizo mi amiga me aviso y corrí a su lado, cuando llegue a la habitación siento que mi corazón se quería salir de mi pecho.

- Señora, no puede pasar - me dice él seguridad que está en la puerta.

- ¿Cómo que no puedo pasar? - grito - Mi esposo está ahí dentro, no me voy a mover de aquí hasta que no lo vea, así que permiso - pero este se interpone en mi camino impidiéndome el paso, minutos después llegaron unos agentes policiales y me llevaron al cuarto de seguridad del hospital, detrás de ellos entro Ramón.

- ¿Por qué me hace esto, señor? - sollozo - Necesito ver a Cesar, por favor.

- Mi hijo despertó y no recuerda nada ni a nadie - dice - A mi familia y a mí no nos interesa que estés cerca de mi hijo - se pone frente mío - Mañana mismo voy a poner una denuncia en tu contra por intento de asesinato.

- Usted no me puede hacerme esto - digo llorando - En ese accidente sufrimos los dos.

- No me interesan tus explicaciones. Esta me la pagas, T/n Pereyra - dice y sale dando un portazo.

Salgo del hospital, asustada, abrumada, llena de miedo por todo lo que se viene encima. No voy a permitir que me metan a la cárcel, que me separe de mis niños y aunque se me parta el alma tengo que irme y dejar a Cesar. Le pido a Taylor que me lleve a la casa y por el camino le cuento lo que paso y cuál va a ser mi próximo paso, me dice que cuente con él y con Gala quien me ayuda preparar una maleta de ropa, llamo a mi padre quien me aconseja que lo mejor es alejarme de la ciudad por un tiempo, me voy a Tucson con él, pero unos autos rondaban la casa y hacen que nos preocupemos, ya que pueden ser la policía detrás de mí, pista o los Parra en busca de venganza con ayuda de un amigo de mi padre, cambio mi nombre a Alaia Lambert y después del nacimiento de mis hijos cambie el color de mi pelo a pelinegro, mis ojos de marrones castaño a negros, mi forma de vestir, toda mi esencia para proteger a mis hijos, pero juré volver a Phoenix para vengarme de todo el que me lastimo y que mis hijos conozcan a su padre.

- Señorita Lambert - la secretaria me saca de mis pensamientos, la miro y sonrió - El señor Parra la espera para su entrevista...

Te quiero de vuelta👨‍👩‍👧‍👦✨️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora