Te quiero de vuelta👨‍👩‍👧‍👦✨️

CAPÍTULO 20

CESAR PARRA.

Si hace unos meses alguien me hubiera dicho que iba a estar haciendo locuras en nombre del amor, habría llamado al número de emergencias y lo habría recomendado en el sanatorio más cercano. Sé que cuando Flynn regrese de su viaje y le cuente lo que ha pasado las últimas semanas no va a creer, pero la sonrisa que llevo tatuada en mi rostro desde que ellos están en mi vida se lo confirmará.

Llego a casa de mis padres y después de pasar el portón eléctrico entro a la propiedad y estaciono detrás del carro de Carlos. Bajo del auto con un pastel de chocolate y caramelo que Paul me recomendó cuando fuimos a la pastelería esta mañana antes de venir aquí, ellos insistieron en acompañarme y quién soy yo para negarme, es más, no creo que pueda negarles algo. Antes de tocar la puerta esta se abre y veo a mi madre del otro lado.

- Cesar, hijo - se acerca y besa mi mejilla - ¿Cómo estás, corazón? - pregunta.

- Bien, madre - le entrego el pastel y ella sonríe con ternura - Es para el postre.

- Gracias, mi amor. Entra tu padre y hermanos están en la sala - asiento y mientras ella se aleja a la cocina uno me acerco a la sala. Todos están sentados y hablando entre sí.

- ¡¡Tío!! - gritan los niños al verme y luego vienen corriendo a mi encuentro haciendo que todos se percaten de mi presencia, recibo besos y abrazos de ellos. Luego me acerco a mi padre, hermanos, cuñadas y el esposo de Andrea.

- ¿Quieres una copa de vino antes del almuerzo? - pregunta mi padre, mientras me siento al lado de Carlos.

- Sí - él sonríe y va hacia la cocina.

- ¿Qué hay de nuevo, gemelita? - dice Christian mirándome con curiosidad - Te veo diferente. ¿Risueño. Feliz?

- Algo de las tres - contesto y me encojo de hombros.

- ¿Ah, sí? - dice en ese momento mi padre me entrega mi copa de vino, asiento y bebo de la misma - ¿Amor?

- Puede ser - su rostro de sorpresa me hace sonreír a carcajada sorprendiendo a todos en la sala.

- ¿Amor? - dice Luna con desdén haciendo que me calle abruptamente - Cesar, ¿Sabes que todos los que se acercan a ti por algún interés? ¿Y crees que esa mujer que apareció de un día para otro no lleva algún plan entre manos para sacar algún beneficio? - me cuestiona mi hermanita.

- ¿De qué mujer hablas, Luna? ¿Cómo sabes a qué se están refiriendo? - pregunta mi madre con curiosidad.

- Me imagino que la mujer que tiene a mi primo tan feliz ¿Es con la que estabas en la disco el viernes? ¿O me equivoco? - dice con Andrea - ¿Crees que esa mujer no es una caza fortunas? ¿Qué solo quiere de ti todo lo que puedes darle?

- Andrea, te adoro. Pero no voy a permitir que te expreses de esa manera de la mujer que amo - digo entre dientes y todos se sorprenden - Alaia no es así - los ojos de mis hermanos y mi padre se quieren salir de su rostro cuando la mencionó.

- Qué ingenuo eres, primo. Esa mujer entró a tu empresa con el fin de conquistarte y apoderarse de tu fortuna. Luego sé irá.

- Ella no es así - gruño - Alaia es diferente.

- ¿Diferente? No me hagas reír - ríe sin ganas - Creo que no solo perdiste la memoria en ese accidente hace años, sino también el sentido común - escucho un jadeo por parte de mi madre y quedo sorprendido por las palabras de Andrea, como puede usar mi pérdida de memoria de una manera tan cruel peor aún acusarme de estúpido.

- Nadie aquí se hace una idea de todo lo que he sufrido desde que abrí los ojos en la cama de ese hospital y no sabía ni siquiera mi nombre.

- Cesar yo... - intenta hablar, pero la interrumpo.