«A veces lo que más deseas nunca se cumple y a veces lo que menos esperas que suceda ocurre»
Mario Benedetti
.
.
.
Rose Kellen.Corre.
Correr fue lo único que pude hacer cuando lo ví acorralado.
Ya llevaba cierto tiempo sin encontrarme con demasiada gente en el bosque y los que me había encontrado, los había logrado eliminar desde lejitos.
En serio, ya no era tan mala apuntando. En realidad parecía que mi puntería en serio había mejorado mucho.
Había eliminado al menos a díez del retiro y bueno... Son díez más de los que creí que eliminaría.
Pero ese no era el punto en ese momento.
Yo iba caminando por el bosque cuando de repente noté una explosión de hojas a lo lejos.
Me acerqué de inmediato porque... Bueno, no hay razones lógicas para haberlo hecho, simplemente me sentía invencible.
O sea, eliminamos a díez, somos las mejores.
Eso.
Y cuando llegue a dónde estaban aún las hojas volando, lo primero que ví fue a la mayoría del retiro atrapado en redes cerradas en la altura.
Y luego lo vi a él.
Clark se había sentado a duras penas en la raíz de un árbol para descansar, pero antes de que yo fuera a preguntarle cómo es... A dispararle. Sí a eso.
Bueno, antes de que me acercara, los otros dos chicos que ganaron junto a mí lo acorralaron.
Corre Rose, pero a salvarlo.
Entonces, al ver que Clark estaba completamente perdido, salí de mi escondite tras ese árbol y grité:
-¡No te rindas, idiota!
Clark dejo de mirar a los chicos para mirarme a mí que iba corriendo hacia ellos apuntandolos.
Uno de los chicos fue más rápido que el otro y se cruzó para apuntarme pero...
Sonreí apuntando a su pecho.
-Muy tarde - susurré -.Te tengo - y le disparé pegándole de lleno en el chaleco.
El otro apuntó inmediatamente a Clark pero él fue rápido y paso para atrás del árbol escondiéndose.
Entonces cuando pensé que podía eliminar al otro, un disparó dió contra mi arma haciendo que se me cayera al suelo.
Miré rápidamente hacia donde vino el impacto.
-Lo siento. No dejaré que ganen - dijo Ambar. Y volvió a dispararme.
Por suerte me moví a tiempo y el disparo solo me rozó el hombro y antes de que Ambar me disparará de nuevo un tiro le dió en uno de sus brazos.
ESTÁS LEYENDO
Pequeños, inmensos tres días
Roman pour AdolescentsTener una vida normal no es precisamente malo, pero ¿Qué se hace cuando toda tu «vida normal» se descontrola por una simple sonrisa? Él es un chico que está acostumbrado a lo común, salidas con amigos, liarse con chicas para divertirse, escuchar su...