Maya POV:
Sé que no me debía haber tomado esa octava copa, pero supongo que ya no es momento de echarse para atrás.
No sé en que momento comencé a beber tanto, siempre había sido de esas que no pasaban de la segunda copa cuando salía de fiesta. Pero estaba tan nerviosa que no podía evitar el tener algo con lo que distraerme.
No diría que estaba borracha, pero sí demasiado contenta. Desde hace un rato todo lo que me decía Robin me parecía gracioso y mañana posiblemente no me acordaría ni de la mitad.
Pasamos gran parte de la noche bailando, bebiendo y riendo. No me lo podía estar pasando mejor. Pero como siempre todo lo bueno tiene que terminar.
– Vámonos ya. Casi ni te mantienes en pie. – dice sin evitar reír.
– ¿Cómo que no? Si no estuviera bien, ¿podría hacer esto? – pregunto para después hacer unos torpes movimientos.
– Claro que no, estás genial pero ya es tarde. – supongo que tiene razón, pero no quiero que esta noche acabe.
– Peeero yo quiero seguir bailando. – me quejo.
– Ya hemos bailado mucho, la fiesta aquí ha terminado.
– ¿Entonces no vamos a bailar más? – pregunto algo desmotivada. – Quiero bailar una canción más.
– He oído que la fiesta sigue en otro lado. ¿Vamos?
– ¿Me lo prometes? – digo no muy segura.
– Si. Venga vamos.
Dicho esto me toma de la mano y nos dirigimos hacia la salida. Cuando llevamos un rato caminado, me doy cuenta de que estamos yendo dirección a nuestras cabañas.
– No hay otra fiesta, ¿no? – digo parándome en seco.
– Pensaba que no te darías cuenta tan pronto. – confiesa con una sonrisa en la cara.
– No me quiero ir a dormir todavía. – me vuelvo a quejar.
– ¿Entonces qué quieres hacer?
– ¿Ir a la playa?
– Hace frío, mañana vamos.
Con algo de resignación comienzo a caminar y el enseguida me alcanza. Cuando ya llevamos más de la mitad del camino hecho me doy cuenta de que no llevo mi bolso conmigo.
– Robin, ¡mi bolso! No lo tengo. – digo parándome en seco.
– Muy graciosa, sigue andando.
– No estoy de broma. No tengo el bolso. ¿Qué voy a hacer ahora? No quiero dormir en la calle. – comento preocupada y algo exagerada debido a mi situación con el alcohol.
– La recepción está cerrada a estas horas, vas a tener que dormir fuera. – explica bastante serio. – dicen que las tumbonas de la playa son bastante cómodas.
¿Se estaba riendo de mí?
– ¿Y no puedo dormir en tu habitación? –pregunto intentado dar mucha pena. – Tu lo has dicho, hace frío.
– ¿Por qué debería dejarte? – se interesa.
– ¿Porque jamás permitirás que durmiera en la calle y pasara frío con este vestido?
– Comienzo a pensar que lo que quieres es dormir conmigo. – me vacila.
– Más quisieras. – digo y comienzo a andar de nuevo.
Siento que es el momento de cometer una locura, lo llevo queriendo hacer toda la noche. Y aprovechar el alcohol que corría por mis venas no sería más que una excusa al día siguiente si lo que estaba apunto de hacer salía mal.
ESTÁS LEYENDO
Elocuencia || Robin Le Normand
FanfictionUna pequeña isla en Tailandia. Un futbolista que no quiere ser encontrado. Y una periodista la cual su ascenso depende de ello. ¿Qué podría salir mal?