IX

1.2K 90 16
                                        

Esta mañana me levanté bastante temprano. Cuando digo que esta noche no dormí nada por los nervios no exagero. Se que no debería de estar nerviosa, pero es que no sé que pueda pasar esta tarde.

Aproveché que todavía no había amanecido y me fui a la playa a verlo. Creo que ha sido uno de los amaneceres más bonitos que he visto nunca.

El resto de la mañana transcurrió bastante tranquila, me dediqué a hablar con mi hermano y Alicia por videollamada.

Saúl ya había comenzado con el nuevo tratamiento hace a penas una semana, y por lo que el médico me contaba, parecía que todo estaba perfecto. No podía estar más contenta, todo parecía estar yendo super bien.

– ¿Y ya sabes que te vas a poner? – pregunta Alicia al otro lado de la pantalla.

– La verdad es que no lo he pensado – todavía tenía más de tres horas para pensar en que ponerme – ¿Qué se supone que se pone alguien para ir a ver tortugas?

– La verdad es que tampoco lo sé – se ríe. Si Alicia que era una especie de reina de la moda no tenía ni idea, ¿qué se supone que pueda hacer yo? – Pero supongo que debería ser algo cómodo y bonito a la vez, ¿no?

– ¿Y eso significa...?

– Un pantalón corto y un top bonito.

Después de enseñarla las posibilidades que tenía y decidirnos por un conjunto, nos quedamos un rato más hablando.

Se que antes dije que me quedaban más de tres horas y que no tenía prisa, pero ahora mismo me estoy arrepintiendo de haberlo dicho. Cuando dicen eso de que cuando algo puede ir mal seguramente vaya a peor, es totalmente cierto.

Al rato de colgar decidí ver un poco la televisión, pero con lo que yo no contaba era que me iba a quedar dormida, y ahora sólo quedan cuarenta minutos para que Robin pase ha buscarme.

Ayer después de decir que sí que iría hoy con él, quedamos en que vendría ha buscarme a eso de las seis puesto que nuestras cabañas están una al lado de la otra.

Sin perder mucho el tiempo ya que no puedo permitírmelo, me ducho rápido y me dejo secar el pelo al aire mientras me visto. Al final nos decantamos por un pantalón de lino beige junto con un top de tirantes blanco, así que es eso lo que me pongo. Para no perder mucho más tiempo decido dejarme el pelo suelto y me maquillo de la manera más natural posible.

Termino justo cuando oigo el sonido de alguien llamando a la puerta, por lo que entiendo que es Robin esperándome al otro lado de esta. Agarro la pequeña mochila dónde llevaba todas mis cosas y salgo.

– Hola, espero no haberte hecho esperar mucho. – dice soriente. Al igual que yo lleva un conjunto bastante cómodo y simple. – Te ves muy bien.

– Hola, para nada. – devuelvo el saludo mientras cierro la puerta. – Y gracias, tu también te ves bien.

Tras decir eso comenzamos a andar, ya que teníamos que ir a la entrada del resort, dónde nos estaría esperando una camioneta junto con un pequeño grupo de gente que también iría a la excursión.

Durante el corto camino desde nuestras cabañas hasta la entrada hablamos un poco de cómo nos había ido el día. El estuvo contando que se pasó toda la mañana en el gimnasio probando un nuevo tipo de ejercicios para seguir fortalecimiento su rodilla.

Cuando llegamos a la entrada vimos otras cinco parejas que irían con nosotros. Una vez estuvimos todos, nos subimos a un pequeño autocar. El guía comentó que el viaje duraría una media hora, asi que durante el tiempo que duró el trayento siempre y cuando el guía no estuviera comentando algo acerca del paisaje, nos dedicamos a hablar.

Elocuencia || Robin Le NormandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora