18. ❀

115 21 24
                                    

Austin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Austin

Había tráfico.

Eran sobre más de las once de la noche y aun no habíamos encontrado Danelia y Victoria.

Conducía lo más rápido que podía atravesando autos de manera abrupta, habíamos ido a todos los restaurantes y clubs cercanos por los alrededores del edificio de mi empresa, pero había sido en vano.

Justo ahora íbamos rumbo al apartamento de Victoria para buscarlas allí, era esa nuestra última opción.

Podía sentir el pulso en la garganta, por parte estaba nervioso y por otro preocupado, no tenía ni la menor idea de lo que sucedía con la prometida de Maddox, pero mi preocupación era mi chica, Victoria había estado recibiendo mensajes anónimos de una banda criminal que se había extinguido, Méndez me había dado toda la información que el tenía sobre Victoria Wood y sus antecedentes familiares.

Había memorizado todo de ella, desde su color favorito hasta de quien había heredado esas minúsculas pecas que se veían sobre sus mejillas cuando el sol le iluminaba la cara a pleno día.

—Morena fastidiosa—murmuró Maddox mirando en su teléfono.

—¿Qué pasa?

—Las encontré.

—¿Cómo?

—El anillo de compromiso tiene un localizador, pero aún no lo había activado, no me había separado de ella.

—¿Le tienes un jodido localizador a tu mujer?

—¿Acaso tu no?

—¿Cuál es el problema con que se aleje de ti? —él me observa y ladea la boca en una sonrisita socarrona—. Mejor no me respondas a eso, creo que estaré mucho mejor sin ese chisme.

—No es como si fuera a decírselo.

No respondí y Maddox me extendió el teléfono mostrándome una localización que estaba justo hasta el otro lado de la puta ciudad.

Una camioneta venia siguiéndonos desde que habíamos salido de ModaLópez ye le pregunte a mi primo nuevamente y el me brindo una de esas miradas que preferí no haber peguntado, eran sus guardaespaldas, yo ni siquiera les había avisado a mis hombres de lo rápido que salí del

edificio.

Aparcando frente al lugar ambos nos miramos con irritación, era un puto club.

Entrar no fue un problema, el verdadero problema fue cuando entramos y vimos la cantidad tan bochornosa de hombres semidesnudos que había en el lugar siendo manoseados por mujeres tanto jóvenes como cercanas a la tercera edad o, mejor dicho, la tumba.

Centré mi mirada en la barra para asegurarme de que no estuvieran allí cuando entre mirando a toda prisa, había una mujer sirviendo los tragos y me acerque a ella para preguntarle.

Peligrosamente EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora