Pov's Omnisciente:
La puerta de la mansión Saikou se abrió con un leve chirrido, dejando entrar a la señora Saikou, que sostenía con firmeza a una empapada y temblorosa Aiko. El mayordomo, siempre diligente, las recibió con una leve inclinación, pero al ver el estado de Aiko, su expresión profesional se suavizó con un atisbo de preocupación.
-Señora Saikou bienvenida, ¿desea que preparemos algo caliente?- Preguntó el mayordomo, manteniendo su compostura a pesar de la evidente tensión en el aire-
-No, antes de nada, unas toallas, y deprisa- Ordenó la señora Saikou con voz urgente pero controlada-
Sin perder tiempo, el mayordomo llamó a una de las sirvientas, quien llegó rápidamente con un par de toallas blancas. La señora Saikou tomó una de ellas y, con una sonrisa casi maternal, la colocó sobre la cabeza de Aiko, cubriendo su cabello mojado con cuidado. Aiko se estremeció ante el gesto, no acostumbrada a semejante amabilidad, y sintió un nudo formarse en su garganta.
-Gracias- Murmuró Aiko, su voz apenas audible-
La señora Saikou no dijo nada, pero le dio un suave apretón en el hombro antes de dirigirse a la sirvienta que esperaba órdenes.
-Prepara una habitación para nuestra invitada, algo cálido y cómodo-
La sirvienta asintió y se fue a toda prisa, dejando a Aiko y a la señora Saikou en la entrada. En pocos minutos, Aiko fue conducida a una habitación elegantemente decorada, con suaves cortinas de terciopelo, un gran espejo con un marco dorado, y una cama que parecía sacada de un cuento de hadas. La lujosa decoración contrastaba amargamente con la turbulencia que Aiko sentía por dentro.
Pero Aiko apenas podía prestar atención a los detalles. Estaba al límite de sus emociones, al borde de un colapso nervioso, sin saber cómo procesar todo lo que había pasado. La señora Saikou, percibiendo su estado, le entregó un camisón largo de seda y un chal, ambos pertenecientes a ella misma.
-Ve a darte una ducha caliente, Aiko. Te sentirás mejor-
Aiko asintió débilmente y se dirigió al baño adjunto. La ducha era lujosa, con mármol y grifos dorados, pero nada de eso la impresionó. Simplemente dejó que el agua caliente cayera sobre su cuerpo, esperando que de alguna manera, lavara su dolor. Pero las lágrimas no tardaron en mezclarse con el agua.
Mientras el vapor llenaba la estancia, Aiko se quedó mirando su reflejo en el espejo empañado, un reflejo que apenas reconocía. Observó su cuerpo, flaco y marcado por el cansancio y la tristeza, y sintió un odio profundo hacia sí misma. Se preguntaba por qué no podía ser como Kokomi, su hermana perfecta. ¿Por qué ella no podía tener amigos, por qué nadie la amaba?
-¿Por qué no puedo ser ella?- Murmuró, su voz temblorosa y llena de resentimiento-
Los recuerdos dolorosos invadieron su mente, cada insulto, cada golpe, cada mirada de desprecio que había soportado. La inseguridad, la soledad, todo se acumulaba en su pecho hasta que sintió que no podía respirar. Entró en pánico, golpeando la pared con los puños mientras sollozaba, sintiéndose atrapada en un cuerpo que odiaba, en una vida que nunca había pedido.
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Sombras de Poder {Saiki Kusuo no spi san x oc}
Fanfiction-"Yare yare no...no puedo detenerlos"- -Por supuesto que no puedes querido ¿o acaso creíste que yo era tan tonta como ella? cualquiera puede manipular con una sonrisa linda pero yo puedo controlarlos-