-"Yare yare no...no puedo detenerlos"-
-Por supuesto que no puedes querido ¿o acaso creíste que yo era tan tonta como ella? cualquiera puede manipular con una sonrisa linda pero yo puedo controlarlos-
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Pov's Omnisciente:
El escándalo del concurso de belleza Miss P.K. se convirtió en una de las historias más comentadas en los círculos de la élite japonesa, las redes sociales y la prensa. Aquella noche no solo fue el final de una competencia; fue el desenmascaramiento de una familia perfecta construida sobre mentiras y abusos. Teruhashi Kokomi, la otrora adorada "diosa" de la P.K. Academy, vio su reino colapsar en tiempo real, y lo que vino después fue un declive lento y doloroso.
Aiko Teruhashi no volvió a pisar los pasillos de la P.K. Academy después de su impactante revelación en el concurso. En lugar de eso, se volcó por completo en su marca, usando la fama y el infame escándalo a su favor. La marca "Danganronpa" se transformó en un emporio de moda que redefinía los estándares de belleza, abrazando la imperfección y la autenticidad. Con su fuerte presencia en la industria, Aiko lanzó líneas de ropa, accesorios y fragancias que conquistaron a un público joven y adulto que se sentía atraído por su visión rebelde y disruptiva.
Para Aiko, la moda no era solo un negocio; era una declaración. A través de sus diseños, narraba historias de lucha, empoderamiento y renacimiento. La estética de sus colecciones siempre evocaba ese viaje personal desde la oscuridad hacia la luz, con siluetas audaces y materiales que combinaban opulencia y crudeza. Sus desfiles se convirtieron en eventos imperdibles, con celebridades, críticos y fanáticos esperando ver cómo Aiko desafiaría las normas una vez más.
Aunque se convirtió en una figura pública, Aiko se mantuvo bastante reservada sobre su vida personal. Sabía que había dejado huellas profundas en la industria y que su historia inspiraba a otros, pero siempre cuidó de mantenerse en control de la narrativa, sin dejar que la fama la consumiera como lo hizo con su hermana. A pesar de sus logros, Aiko seguía con los pies en la tierra, usando su plataforma para alzar la voz sobre el abuso, el acoso y la importancia de la salud mental.
Con tan solo 18 años, Aiko se casó con Megamo Saikou en una ceremonia privada y exclusiva, rodeada de sus amigos más cercanos y aliados en la industria. La boda, aunque opulenta, fue un reflejo de su estilo único y una celebración de su amor poco convencional pero profundamente verdadero. Megamo, siempre a su lado, se convirtió en un socio silencioso pero fundamental en todos sus proyectos. Aunque su naturaleza manipuladora y fría seguía presente, con Aiko era diferente: con ella, era abierto, amoroso y sorprendentemente comprensivo.
Su matrimonio era más que una unión de amor; era una alianza de poder. Juntos, Aiko y Megamo se convirtieron en una pareja imparable, apoyándose mutuamente en sus ambiciones y construyendo un imperio que pocos podían igualar. Cada día, Aiko descubría nuevas facetas de Megamo, quien no solo la apoyaba en lo profesional sino que también la protegía de los fantasmas del pasado. A pesar de sus dificultades para comprender emociones humanas, Megamo se esforzaba por ser el esposo que Aiko necesitaba, demostrando su amor de formas pequeñas pero significativas: preparándole su té favorito en las mañanas, escuchándola cuando hablaba de nuevos proyectos y, sobre todo, estando allí cuando las sombras de su pasado volvían a acechar.
