-"Yare yare no...no puedo detenerlos"-
-Por supuesto que no puedes querido ¿o acaso creíste que yo era tan tonta como ella? cualquiera puede manipular con una sonrisa linda pero yo puedo controlarlos-
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Pov's Omnisciente:
La gran noche del concurso Miss P.K. había comenzado, y la atmósfera en la academia estaba cargada de emoción y expectativas. Los asistentes llenaban el auditorio, desde los fervientes Kokomianos que no dejaban de alabar a su diosa, hasta reporteros, críticos de moda y figuras influyentes del mundo del espectáculo, todos allí para presenciar la elección de la nueva cara de Danganronpa. El ambiente estaba lleno de nervios, murmullos y destellos de cámaras, capturando cada momento del evento.
En su camerino, Aiko se miraba al espejo, ajustando los últimos detalles de su vestido azul marino de lentejuelas. Ese mismo vestido que había usado en la fiesta de Megamo, el que la hacía brillar como un océano bajo la luz de la luna. Su maquillaje impecable y el peinado cuidadosamente elaborado completaban su imagen de sofisticación y poder. Pero a pesar de su apariencia inquebrantable, en ese momento, estaba sola.
De repente, la puerta del camerino se abrió, y Aiko se giró sorprendida. Saiki Kusuo entró con expresión seria, cerrando la puerta tras de sí.
-"Detén esto ahora"- Le dijo con una frialdad que reflejaba la urgencia de la situación- "Todo este plan… Megamo, tú, todos están jugando con fuego"-
Aiko frunció el ceño, sorprendida por su presencia y sus palabras.
-¿Con fuego? Vaya parece que eres más espabilado de lo que pensaba, creí que solo era imbécil- Dijo Aiko mientras se aplicaba labial- Además no se que me hablas yo-
-"Megamo Saikou es psíquico al igual que yo y se que el te está usando para sus propios fines de entretenimiento, solo eres un juguete y te desechará en cuanto se aburra de ti"-
Aiko lo miró, procesando la revelación, pero en lugar de amedrentarse, una sonrisa se dibujó en su rostro.
-¿Sabes realmente quién está usando a quién?- Preguntó con un tono enigmático, dejando claro que no era tan ingenua como Saiki pensaba-
En ese instante, Megamo apareció en la puerta, observando la escena con una ceja arqueada. Saiki lo miró con una mezcla de advertencia y desaprobación antes de marcharse sin decir más. El silencio se instaló en la habitación, y Aiko, aún con una sonrisa, se volvió hacia Megamo, aunque sus ojos ardían de furia contenida.
-Después de esto- Dijo con voz baja pero firme- Tú y yo vamos a tener una charla-
Megamo asintió, sabiendo que la confrontación era inevitable, pero también que esta noche no era el momento. La gran final estaba a punto de comenzar, y ambos tenían un papel que jugar.
El escenario estaba vibrante con la energía del público y los reflectores iluminaban a Monokuma, quien, con su tono burlón y despreocupado, presentaba a las participantes con una canción absurda que hablaba sobre qué chica lo haría "triplemente millonario". La audiencia se reía, pero pronto quedó fascinada al ver a las concursantes hacer su entrada. Aiko brillaba con una presencia casi etérea; su vestido azul marino de lentejuelas capturaba la luz de manera espectacular, haciendo que todos los ojos se posaran en ella.
