Capitulo 3: El primer paso

92 14 0
                                    

Pov's Omnisciente:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pov's Omnisciente:

Aiko despertó esa mañana sintiéndose inusualmente bien. La noche anterior había dormido profundamente, acunada por la suavidad de la cama matrimonial que la envolvía como un cálido abrazo, un lujo que nunca antes había experimentado. Estaba lejos del futón en el que había pasado tantos años, en la habitación más pequeña y fría de su antigua casa. Al abrir los ojos, se permitió disfrutar por un momento del confort que la rodeaba, casi olvidando, aunque fuese por un instante, el caos de su vida anterior.

Se deslizó de la cama y se puso las zapatillas, notando que su cuerpo se sentía un poco más liviano, como si el peso de la noche anterior se hubiera disipado con el sueño. Decidió bajar al comedor, sintiéndose más animada que de costumbre, con una leve esperanza de que tal vez, solo tal vez, las cosas podrían empezar a mejorar.

Cuando llegó a la planta baja, se detuvo en seco al ver a la señora Saikou, quien estaba de pie junto a unas bolsas de basura. La mujer observaba con evidente disgusto el contenido de las bolsas, y cuando Aiko se acercó, notó que dentro de ellas estaba su ropa. Toda su ropa vieja y desgastada, pasada de moda, marcada por el dolor y la miseria que había sufrido.

La señora Saikou levantó la vista y vio a Aiko parada en el umbral, con una expresión de desconcierto en el rostro. Sonrió cálidamente y la saludó.

-Buenos días, Aiko querida- Dijo con su tono habitual de amabilidad- Le pedí a alguien que fuera a tu antigua casa a recoger tus cosas-

Aiko observó las prendas que asomaban de las bolsas: camisetas y pantalones con manchas de sangre, ropa remendada una y otra vez, la mayoría proveniente de donativos que su madre aceptaba solo para humillarla. En ese instante, un recuerdo amargo vino a su mente: su padre regresando de un viaje de trabajo cargado de regalos para sus hermanos, Makoto y Kokomi, mientras que a ella le entregaba un triste bolígrafo. Y si alguna vez osaba quejarse, su madre no dudaba en cruzarle la cara con un golpe.

La señora Saikou, notando el silencio de Aiko, frunció el ceño y preguntó, con voz firme pero preocupada.

-¿Qué clase de ser humano haría esto?-

Aiko bajó la mirada, sintiendo que la vergüenza y el dolor volvían a abrumarla. No pudo responder, solo se quedó allí, con la cabeza gacha, incapaz de encontrar las palabras para explicar lo que había soportado.

De repente, una tercera voz interrumpió el momento. Megamo entró en la sala de estar con su habitual aire de confianza, mirando la escena con interés.

-Lo que Aiko necesita no es recordar todo esto- Dijo, señalando las bolsas de basura con desdén- Lo que necesita es ropa nueva y un cambio de imagen completo-

La señora Saikou se giró hacia su hijo, y sus ojos se iluminaron con entusiasmo ante la idea.

-¡Es una idea magnífica, Megamo!- Exclamó, claramente emocionada- Podríamos ir al spa para empezar el día y luego salir de compras. Aiko, ¿qué te parece?-

Sombras de Poder {Saiki Kusuo no spi san x oc}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora