-"Yare yare no...no puedo detenerlos"-
-Por supuesto que no puedes querido ¿o acaso creíste que yo era tan tonta como ella? cualquiera puede manipular con una sonrisa linda pero yo puedo controlarlos-
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Pov's Omnisciente:
El sol comenzaba a ocultarse tras el horizonte, bañando la majestuosa mansión Saikou en tonos cálidos y dorados. Megamo había preparado todo meticulosamente, asegurándose de que cada detalle estuviera perfecto para la reunión. La sala principal estaba iluminada suavemente por lámparas de cristal y candelabros que creaban un ambiente íntimo y sofisticado, ideal para una conversación privada.
Megamo estaba sentado en uno de los lujosos sofás, esperando con una expresión calculada y relajada. Sabía que Teruhashi Kokomi no tardaría en llegar; siempre tan puntual y ansiosa por demostrar su valía. Había jugado sus cartas a la perfección, dándole la impresión de que estaba de su lado, dispuesto a ayudarla a brillar en el concurso. Sin embargo, todo era parte del plan, y esta noche, Megamo pretendía llevar a Kokomi al límite de sus inseguridades.
Justo a tiempo, se escuchó el suave sonido de los tacones de Kokomi resonando en el mármol pulido del vestíbulo. Ella apareció en la entrada, radiante como siempre, vestida con un traje elegante pero sencillo, claramente pensado para proyectar una imagen de humildad y perfección. Megamo se levantó para recibirla, sonriendo con esa mezcla de encanto y autoridad que tan bien manejaba.
-Kokomi, bienvenida. Me alegra que hayas podido venir- Dijo Megamo con su tono seductor, indicándole que tomara asiento a su lado-
Kokomi sonrió ampliamente, su confianza en sí misma más evidente que nunca.
-Gracias, Megamo. Sabía que podía contar contigo. Este concurso es muy importante para mí, y quiero asegurarme de que todo salga perfecto-
Megamo asintió, manteniendo su mirada fija en ella mientras tomaba una copa de vino.
-Por supuesto, Kokomi. Esta es tu oportunidad de demostrarle al mundo quién eres realmente. Y yo estoy aquí para asegurarme de que lo consigas. Pero necesitamos afinar tu estrategia y tus respuestas para que no haya margen de error-
Se acomodaron y comenzaron a repasar las posibles preguntas del concurso, desde las más sencillas sobre sus motivaciones hasta las más complejas que buscaban evaluar su carácter y postura ante situaciones difíciles. Megamo jugaba a ser un mentor exigente, halagando su belleza y encanto mientras criticaba sutilmente sus respuestas, buscando mantener a Kokomi en ese delicado balance entre la complacencia y la insatisfacción.
Después de varias rondas de práctica, Megamo se acercó un poco más, bajando la voz como si estuviera a punto de revelarle un gran secreto.
-Kokomi, hay algo más que quería hablar contigo. Esto va más allá de las preguntas y respuestas. Se trata de tu imagen, de cómo te ven los jueces y el público-
Kokomi lo miró con curiosidad, inclinándose hacia él.
-¿A qué te refieres, Megamo?-
Megamo la observaba con una mezcla de atención y calculadora paciencia, consciente de que cada palabra que saliera de la boca de Kokomi podía ser usada en su contra. En el fondo, sabía que estaba jugando con fuego, pero también sabía que esa era la única forma de exponerla tal como era.
