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En un pestañeo y sin darte cuenta de cómo pasó, el tiempo corre como si lo persiguieran, los días pasan como si fueran minutos, las semanas como si fueran horas y los meses como si fueran un par de días

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En un pestañeo y sin darte cuenta de cómo pasó, el tiempo corre como si lo persiguieran, los días pasan como si fueran minutos, las semanas como si fueran horas y los meses como si fueran un par de días.
Cuando te das cuenta, abres los ojos, miras tu alrededor y ya no eres un niño.

Desde que se conocieron, Quackity y Luzu habían estado en las mismas clases hasta que entraron a secundaria, el joven castaño se quedó en un salón justo a lado del salón que le habían asignado a Quackity.

-Estarás bien -el de mirada carmín agarró de los hombros al mexicano- Nos veremos en el descanso y siempre te acompañaré a tu aula.

El azabache se mordió el labio inferior un tanto inquieto y luego, miró los ojos de su mejor amigo- No quiero alejarme de ti -dijo en voz baja.

-Yo tampoco, pero no tenemos opción, Quacks -sonrió levemente.

-¿Me puedo esconder en tu mochila? -preguntó esperanzado.

El de mirada carmín soltó una carcajada y procedió a alborotar el cabello del azabache, quién sonrió débilmente.

-Te dejaría si fuera posible, pero no lo es -agarró la muñeca del mexicano y lo llevó hasta su salón- Vendré por ti en el almuerzo, no te pierdas.

Quackity negó haciendo ligeros movimientos de cabeza y rápidamente, se abalanzó sobre el castaño, rodeándolo con sus brazos en un fuerte abrazo.

-Entra ya, o llegaremos tarde el primer día -palmeó suavemente la espalda del mexicano.

El de ojos marrones se alejó lentamente de su mejor amigo y luego, lo miró a los ojos.

-Eres mi mejor amigo, Lusu -dijo con lágrimas en sus ojos.

-No llores -apretó los párpados con fuerza- Tú también eres mi super mejor amigo, Quacks, nadie cambiará eso.

-¿Lo prometes? -levantó su dedo meñique.

Luzu sonrió enternecido, asintió y juntó su propio meñique con el del azabache.

-Lo prometo.

Ambos se miraron unos segundos más, los rubíes y los marrones mirándose con intensidad, diciéndose miles de cosas sin ser conscientes de eso. Poco después, Quackity se giró y se fue corriendo a sh salón, ansioso por sus nuevas clases y por contarle a su mejor amigo su nueva experiencia, mientras tanto, Luzu borró la sonrisa que tenía en su rostro y la reemplazo con una mueca de tristeza, le preocupaba lo mucho que a Quackity le costaba relacionarse con otras personas, le preocupaba que los otros chicos fueran groseros con su mejor amigo y él no esté presente para poder defenderlo.

Estaba preocupado por este nuevo capítulo en su vida, pero también, estaba un tanto emocionado, era su primer año en secundaria, se sentía como todo un niño grande. Apretó los tirantes de su mochila y se dirigió a su salón con una aventurera sonrisa en el rostro, dispuesto a aceptar cualquier desafío que se le atraviese en su camino.

𝑽𝒆𝒄𝒊𝒏𝒐𝒔   ☆𝑳𝒖𝒄𝒌𝒊𝒕𝒚ﮠ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora