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El timbre se escuchó con fuerza por todo el instituto, los alumnos comenzaron a salir de sus clases, unos un tanto emocionados, otros caminaban tranquilamente hacia la cafetería, otros corrían hacia el baño para poder saciar sus necesidades, pero ...

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El timbre se escuchó con fuerza por todo el instituto, los alumnos comenzaron a salir de sus clases, unos un tanto emocionados, otros caminaban tranquilamente hacia la cafetería, otros corrían hacia el baño para poder saciar sus necesidades, pero Luzu y Willy salieron de su salón un tanto horrorizados.

Mi madre va a matarme cuando vea mi examen –comentó el de ojos verdosos.

Matematicas va a complicar mi entrada a la universidad –tragó saliva de forma pesada.

Willy miró a su amigo unos segundos y poco después, una pequeña sonrisa se apareció en su rostro.

Al menos... No reprobamos –consoló a su amigo.

La aprobación mínima no debería ponernos tan felices, Willy –respondió el castaño un tanto serio.

El albino asintió con ligeros movimientos de cabeza– Deberiamos meternos a un grupo de estudio o algo parecido, mejorar nuestras habilidades matemalogicas.

El castaño soltó una pequeña risita burlona– ¿Esa palabra existe? –preguntó curioso.

¿Qué importa, tío? Pero si tenemos que ponernos a estudiar –se cruzó de brazos mientras mantenía aquella sonrisa en su rostro.

De eso no hay duda –se encogió de hombros.

Por otro lado, un joven noruego se encontraba un tanto ansioso por llegar a la cafetería, quería ver al chico que le gusta aunque solo fuera de lejos, más aparte, estaba hambriento, moría por comerse una hamburguesa gigantesca o un emparedado muy bien preparado.

Estos días has estado muy misterioso, Rub –habló el mexicano con una traviesa sonrisa– ¿Acaso ocultas algo? ¿Algo que Quackity no puede saber? –cuestionó el joven castaño.

Pff que va –soltó una pequeña risita nerviosa– Tú actúas misterioso.

–Solo estaba bromeando, cálmate culo –palmeó suavemente su hombro– Tú no serías capaz de escondernos algo, somos tus mejores amigos –dijo con una enorme sonrisa.

Rubius sonrió ligeramente pero sin mostrar los dientes– Por supuesto.

Al llegar a la cafetería, de manera disimulada buscó a cierto chico de ojos rubíes, miró entre todos los estudiantes que se encontraban ahí, comiendo, riendo a carcajadas y hablando animadamente con sus amigos, hasta que por fin lo encontró, estaba junto a su grupo de amigos, comía mientras escuchaba atentamente a sus amigos, quienes hablaban con sonrisa pegadas en sus rostros, reían de vez en cuando o se peleaban entre ellos por unos segundos. Rubius se mordió el labio inferior para evitar sonreír y revelar lo emocionado que se encontraba con la presencia de Luzu.

𝑽𝒆𝒄𝒊𝒏𝒐𝒔   ☆𝑳𝒖𝒄𝒌𝒊𝒕𝒚ﮠ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora