𝑬𝒑𝒊𝒍𝒐𝒈𝒐

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Tenía la respiración agitada pero no dejaba de pedalear, tal vez pudo haber ido en su auto, pero hace mucho tiempo que no se subía a una bicicleta, aún así, se estaba esforzando por llegar a esa colina, la brisa del aire sacudía su cabello, la pun...

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Tenía la respiración agitada pero no dejaba de pedalear, tal vez pudo haber ido en su auto, pero hace mucho tiempo que no se subía a una bicicleta, aún así, se estaba esforzando por llegar a esa colina, la brisa del aire sacudía su cabello, la punta de su nariz se encontraba muy fría, el aire fresco comenzaba a lastimarle.

Al llegar, dejó su bicicleta sobre el césped, un rápido flashback se hizo presente en su cabeza, el día que intentó alcanzar ese auto azul rey, el día que escuchó esa hermosísima canción, el último día que tomó asiento junto a él, el último día que pasó un atardecer a su lado, el último día que respiró su embriagante aroma...

El último día que vio a Luzu.

Soltó un pesado suspiro y comenzó a subir la colina, el otoño comenzaba a mostrarse, habían algunas hojas secas por todos lados, le encantaba el sonido que provocaba cuando las pisaba, pero aunque faltarán meses para la primavera, los rosales se veían tan vivos como la última vez que estuvo ahí, seguía siendo un lugar hermoso, digno de una pintura pegada a la pared de algún museo. Ese era el lugar favorito de Luzu, ese lugar le trasmitía tanta calma en su vida.

Tomó asiento sobre el césped, alejándose lo suficiente de los rosales para no lastimarse con sus espinas, la altura de la colina le brindaba una excelente vista de la ciudad, la brisa del aire golpeaba sin rudeza su rostro, una pequeña sonrisa se formó con sus labios y se quedó unos minutos en silencio, escuchando el movimiento de las hojas del enorme árbol que había crecido con los años.

-La última vez que estuviste conmigo... -comenzó a hablar en un tono suave, conservando su pequeña sonrisa- Me pediste que no te interrumpiera, que no dijera ni una sola palabra.

Pero apesar de que se encontraba completamente sólo en aquella colina, mientras miraba como el sol empezaba a ocultarse, no se sentía sólo, siempre llevaba a Luzu con él.

En su corazón.

-Me parece injusto que no pueda decirte lo mismo -se humedeció los labios con la punta de su lengua- Pero estoy seguro que está vez me dejarás hablar y tengo la esperanza de que... Estés donde estés, me escucharás, cada palabra -sus ojos se inundaron de lágrimas.

No quería llorar pero sentía que era necesario, Luzu le dolería toda la vida pero no lo quería olvidar, era su más hermoso y doloroso recuerdo, ¿Cómo olvidarse de una persona tan maravillosa como lo era aquel ángel de ojos rubíes?

-Cuando te conocí... Actuaste un poco raro y tus chistes eran terribles -soltó una pequeña risita- Pero tú eras tan lindo, solo tenía nueve años, no lograba entender mi fijación por ti... ¿Qué niño de mi edad lo haría? -negó haciendo ligeros movimientos de cabeza- No estoy justificando lo que hice, no sé si algún día llegaste a perdonarme pero yo...

𝑽𝒆𝒄𝒊𝒏𝒐𝒔   ☆𝑳𝒖𝒄𝒌𝒊𝒕𝒚ﮠ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora