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El de mirada carmín tenía la respiración agitada, sus piernas le dolían por el esfuerzo y estaba asustado, corría por el pasillo de la escuela, el cual carecía de luz, soltó un quejido cuando empujó la puerta principal de la escuela para poder sal...

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El de mirada carmín tenía la respiración agitada, sus piernas le dolían por el esfuerzo y estaba asustado, corría por el pasillo de la escuela, el cual carecía de luz, soltó un quejido cuando empujó la puerta principal de la escuela para poder salir, pero no se encontró con un hermoso y brillante día, había mucha neblina y no lograba ver mucho, escuchó tranquilos pasos detrás de él, su piel se erizó y decidió volver a correr pero a los pocos pasos, tropezó, las heridas de sus manos le ardían y tenía muy pocas fuerzas para levantarse, ni siquiera lo intentó cuando escuchó aquella carcajada a la que estaba acostumbrado.

Con esfuerzo, logró girar su cuerpo pero sin levantarse del suelo, encontrándose de frente y de pie a cierto mexicano de cabello oscuro y ojos marrones.

¿No aprendiste a caminar? Eres un completo pendejo, Borja –soltó una ronca carcajada y se agachó para quedar a la altura del castaño– Te ves muy bien en el suelo pero hueles a miedo.

–Alejate de mí –dijo en voz baja mientras se arrastraba en el suelo, no quería tenerlo cerca.

¿Te doy miedo? Solo quiero volver a ser tu amigo –sonrió un tanto burlón– Pero tienes que dejar de mirarme así, te tengo una sorpresa.

–Solo es un sueño, no es real –dijo con la voz quebrada y segundos después, apretó con fuerza los párpados.

Hubo silencio, abrió un poco los ojos y se sorprendió al no ver al mexicano, se sintió aliviado pero segundos después, una espesa sustancia roja se derramó sobre él, al volver a abrir los ojos, se horrorizó al verse cubierto de sangre y una vez más, se escuchó fuertemente las carcajadas de Quackity.

Sus ojos se abrieron rápidamente y se acomodó en la cama para poder sentarse, tenía los ojos lagrimosos y el corazón le latía fuertemente contra su pecho, tanto que lo podía escuchar en sus oídos. Escuchó el chirrido de la puerta y segundos después, Quackity entró a la habitación, provocando que el corazón de Luzu se paralizara dentro de su pecho.

Oh ya despertaste –dijo con una pequeña sonrisa– Yo me levanté desde hace un rato pero no quise despertarte, te veías tan... Tranquilo durmiendo ¿Desde cuándo no lo haces? –preguntó mientras buscaba algunas prendas en su armario.

No es precisamente... Por no dormir –dijo en voz baja y escuchó el tono de llamada de su teléfono, se apresuró en agarrarlo y soltó un pesado suspiro al ver el nombre de Rubius.

¿Tienes planes? Quizás irás con Willy o con otro de tus amigos –el castaño persiguió al mexicano con la mirada– Pero estaba pensando en que podríamos ir a jugar baloncesto, no soy muy bueno pero –se encogió de hombros– Suena divertido.

El de mirada carmín forzó una sonrisa pero aquella pesadilla se mantenía en su cabeza y el miedo estaba impregnado en su sensible corazón.

Tengo... Si, me acaba de llamar uno de mis amigos –Quackity se sorprendió al escuchar la ronca y mañanera voz de Luzu– Pero lo veré más tarde, podríamos ir un rato –se quitó las sábanas de encima.

𝑽𝒆𝒄𝒊𝒏𝒐𝒔   ☆𝑳𝒖𝒄𝒌𝒊𝒕𝒚ﮠ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora