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El joven albino bebía un jugo de mango mientras miraba como su mejor amigo caminaba en círculo y escuchaba sus quejas, parecía molesto, incluso, dolido, pero no lograba entender por qué, o tal vez si

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El joven albino bebía un jugo de mango mientras miraba como su mejor amigo caminaba en círculo y escuchaba sus quejas, parecía molesto, incluso, dolido, pero no lograba entender por qué, o tal vez si... Pero le costaba aceptarlo.

-Es el idiota más grande que he conocido en mi vida, ojalá no se me vuelva acercar -dijo mientras apretaba con fuerza sus puños.

-Oye, Luzu... -llamó el albino un tanto intrigado.

El castaño detuvo sus pasos y se giró para poder mirar a su mejor amigo, quién no lo miraba, tenía la vista perdida en el suelo.

-Tú ya sospechabas lo que Quackity planeaba -sus esmeraldas se encontraron con los rubíes- Entonces... ¿Por qué estás tan molesto? -cuestionó.

Luzu se quedó callado ante la pregunta de su mejor amigo, su corazón aún latía de forma dolorosa y tenía unas inmensas ganas de llorar que se esforzaba en reprimir, pero con preguntas tan obvias como esas, no creía que fuera capaz de soportar por más tiempo, sin embargo, Willy hizo una mueca de inconformidad y se cruzó de brazos.

-¿Te volviste a enamorar de él? -preguntó- Dijiste que no caerías en su juego, ¿Qué pasó? ¿Qué hizo que te convenciera de que no era una mentira?.

-Ya basta -le dió la espalda a su mejor amigo en cuanto las lágrimas comenzaron a inundar sus ojos.

-¿Te llenó el oído de palabras bonitas? ¿Follaron? -no hubo respuesta por parte del castaño y eso comenzaba a desesperar al albino- ¡Vamos, tío! ¡Di algo, por los dioses! -exigió.

El de mirada carmín apretó con fuerza sus puños, intentando reprimir sus impulsos, reprimir sus lágrimas pero todo se estaba saliendo de control.

-Nos besamos... -dijo en voz baja.

-¿Qué? -preguntó extrañado, no había logrado escuchar las palabras del castaño- Pareces un crio que apenas puede balbucear pala... -lo interrumpieron.

-¡Nos besamos! -se giró hacia su amigo- ¡Me besó! ¡Lo besé! -lagrimas recorrieron sus mejillas- Y me gustó -cayó de rodillas al suelo.

Willy se levantó rápidamente de su asiento para poder acercarse a su mejor amigo, preocupado y arrepentido de su insistencia, pero ya era demasiado tarde, ya no había marcha atrás, lo hecho, hecho está, no hay nada más que puedas hacer.

-No sabes lo mucho que odio a Quackity -sollozó- Odio esa maldita personalidad que adoptó el primer día de secundaria, odio a sus amigos, odio que siempre me busque el día de su cumpleaños, odio sus putas bromas que solo me causan pesadillas -sorbió su nariz- Odio su risa, los bonitos hoyuelos de su cara, sus lunares tan comunes, odio su dulce aroma, sus lindos ojos, odio... -descubrió su rostro para poder mirar a su mejor amigo- Odio estar enamorado de él, Willy.

𝑽𝒆𝒄𝒊𝒏𝒐𝒔   ☆𝑳𝒖𝒄𝒌𝒊𝒕𝒚ﮠ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora