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1 mes después...|7 de agosto.

Narrador;

Ey bill, ¡Ven aquí!–. Amor exclamó con risa suave a su novio, en el lago donde se encontraba metida, siendo de noche.

— ¡No y no!–. Respondió cruzándose de brazos a una notoria distancia, observando a su novia divertirse.– no iré.

— ¡No seas un marica!–. Le gritó.– ven a bañarte conmigo aquí, este lago es genial...¿Acaso no sabes la historia de aquel?.

— ¿Historia?–. Preguntó, y comenzó a acercarse.– ¿Qué historia?.

— Si te metes junto a mi te la contaré.

— Amor...es que no quiero, me dará frío.

— ¿Crees que a mí no?, ¡Por su puesto que si!, me voy a resfriar, pero ven conmigo.

Sonrió y estiró su mano, el peligro suspiro con un poco de miedo, bueno es que en cierto punto le daba fobia, no el agua, si no la profundidad de aquel rio.
Y lo que se acordaba que su padre le decía;  << Cuando menos lo esperes, un tiburón vendrá hacia ti por debajo de agua >>.

Quito sus zapatos de inmediato, quitando luego su pantalón y camiseta de botones, quedando solo en ropa interior, acepto la mano de amor y cuando se metió por las mismas queria salirse. Pero no, gracias a que amor lo sostuvo fuerte y lo llevo en el centro, dónde ella también hacia solo con ropa interior, decía ella que así era mejor.

— Bien, comenzaré.

— ¿No es de terror verdad?, por qué ni de coña me quedaré a escucharte.

— No, no lo es–. Volcó los ojos ante la palabra que el dijo.– muchas personas comentan...

— No, espérate–. Respiró hondo.– ¿Aparecerá una sirena?, ay no...papito dios se que he sido tremendo pero por favor, no me dejes morir.

— Por favor cariño, dejame hablar, ¿Quieres?.

— Si, adelante...discúlpame.

— Okay, muchas personas comentan y aseguran que...

— Espérate–. La tomo de las manos.– ¿Y si nos aparece un asesino ahora?, ay amor, vámonos.

— Mira–. Tomó sus manos con fuerzas para no mandarlo al diablo, aunque ella no lo haría con honestidad.– no nos aparecerá nada, tu tranquilo, yo tranquila, todos tranquilos.

— Si, si, de acuerdo...ahora sí continúa y discúlpame otra vez.

— Bien, está vez no hables, por favor.

— No lo haré, a menos de que sea importante–. Asintió jurando.– continúa.

— Muchas personas comentan y aseguran, que este lago está desde 1956, donde dicen que cada que una persona se metía aquí y pedía un deseo, el destino se lo cumpliría...y si, el destino, porque si hacías el bien y no deseabas el mal a nadie, todo iba a salir a tu favor.

— ¿De verdad?–. Abrió los ojos con curiosidad.

— Pura verdad, entonces...¿Cuál es tu deseo?.

Amor en la feria| Bill Kaulitz- EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora