Desafiando el Amor || CHAESOO ~ JENLISA ||

5. Encuentros y Revelaciones

Las luces del atardecer teñían el cielo de un suave tono dorado mientras Jisoo caminaba por las calles cercanas al hotel. Había salido a despejar su mente después de otro día de entrenamientos intensos. Necesitaba alejarse del ambiente del torneo, donde la presión y la tensión parecían intensificarse con cada día que pasaba.

Sin saber muy bien a dónde se dirigía, se encontró caminando por un pequeño parque. El lugar estaba casi desierto, excepto por algunas personas que paseaban o se relajaban en los bancos. Jisoo se detuvo junto a una fuente, observando cómo el agua caía en suaves cascadas, creando un sonido tranquilizador que contrastaba con el ruido constante en su mente.

Mientras estaba allí, sumergida en sus pensamientos, escuchó una voz familiar.

—¿Jisoo?

Se giró rápidamente, su corazón dando un vuelco al reconocer a Rosé. Ella estaba de pie a unos metros de distancia, con una expresión de sorpresa y algo más que Jisoo no pudo identificar de inmediato. Rosé llevaba una chaqueta ligera y unos jeans, su cabello suelto ondeando suavemente con la brisa.

—Rosé —respondió Jisoo, tratando de mantener la compostura—. No esperaba verte aquí.

Rosé sonrió tímidamente y se acercó.

—Yo tampoco —dijo—. Salí a dar un paseo, necesitaba un poco de aire fresco. Este torneo… ha sido más complicado de lo que pensé.

Jisoo asintió, comprendiendo perfectamente lo que Rosé quería decir. Sin embargo, sabía que no solo era el torneo lo que complicaba las cosas.

Decidieron caminar juntas por el parque, en silencio al principio, disfrutando de la tranquilidad del lugar. El ambiente relajado les permitió bajar la guardia, y poco a poco, la tensión que habían sentido en la cancha empezó a disiparse.

—A veces extraño cómo eran las cosas antes —confesó Rosé de repente, rompiendo el silencio—. Cuando solo jugábamos por diversión, sin toda esta presión.

Jisoo la miró, sintiendo un eco de esas mismas emociones. Se detuvieron junto a un banco y se sentaron, la conversación fluyendo más fácilmente ahora que estaban lejos de las miradas del público.

—Sí, yo también —respondió Jisoo—. Pero ahora parece que todo ha cambiado. No solo el tenis, sino… nosotras.

Rosé la miró fijamente, sus ojos reflejando la lucha interna que ambas estaban viviendo.

—Jisoo, sobre lo que dijiste la otra vez… —comenzó Rosé, pero se detuvo, sin saber cómo continuar.

Jisoo entendió al instante y asintió, dándole espacio para continuar si lo deseaba. Pero en lugar de presionarla, decidió cambiar ligeramente el tema, para alivianar la tensión sin evitar lo que ambas sentían.

—Quizás necesitamos encontrar un equilibrio —sugirió Jisoo—. Algo que nos permita seguir disfrutando del tenis, pero sin perder de vista lo que realmente importa.

Rosé asintió lentamente, apreciando la suavidad en la voz de Jisoo. En ese momento, sintió que, tal vez, encontrar ese equilibrio significaba no ignorar lo que estaba creciendo entre ellas. Pero ¿cómo hacerlo sin que afectara su carrera y la amistad que habían comenzado a construir?

**Mientras tanto, en el hotel**

Jennie y Lisa estaban en la habitación de Jennie, sentadas en el sofá, revisando algunos videos de los partidos. Sin embargo, ambas tenían la mente en otro lugar, sus pensamientos rondando a Jisoo y Rosé.

—¿Te has dado cuenta de lo diferentes que están Jisoo y Rosé? —preguntó Jennie de repente, apagando la televisión y mirando a Lisa.

Lisa, quien había estado perdida en sus propios pensamientos, asintió.

—Sí, lo he notado —respondió—. Es como si algo hubiera cambiado entre ellas, pero no estoy segura de qué es.

Jennie se recostó contra el sofá, mirando al techo mientras organizaba sus pensamientos.

—Creo que es algo más que rivalidad —dijo—. No sé, pero siento que hay algo entre ellas que va más allá de la competencia. ¿Tú qué piensas?

Lisa sonrió ligeramente, sintiendo que Jennie había dado en el clavo.

—Estoy de acuerdo. Pero también sé que ambas están demasiado centradas en sus carreras como para admitirlo, incluso a sí mismas —respondió Lisa—. Es complicado, porque no quiero que se lastimen, pero tampoco puedo evitar pensar que, si se dieran la oportunidad, podrían ser muy felices juntas.

Jennie la miró con una expresión pensativa, dándose cuenta de que, en medio de todo esto, su propia relación con Lisa había cambiado. Pasaban más tiempo juntas, compartiendo no solo preocupaciones por sus amigas, sino también momentos más íntimos y personales. Sin embargo, aún no habían abordado lo que eso significaba para ellas.

—Y nosotras… —comenzó Jennie, pero se detuvo, insegura de cómo continuar.

Lisa la miró con curiosidad, inclinándose un poco más cerca.

—¿Nosotras qué? —preguntó suavemente, captando la dirección que estaba tomando la conversación.

Jennie sonrió, su nerviosismo suavizado por la cercanía de Lisa.

—Solo quería decir que, tal vez, también deberíamos ser más honestas con nosotras mismas —dijo finalmente—. Porque si Jisoo y Rosé pueden encontrar una manera de equilibrar todo, quizás nosotras también podamos.

Lisa asintió, tomando suavemente la mano de Jennie en la suya.

—Me parece una buena idea —respondió, su voz llena de calidez—. Tal vez es hora de que dejemos de preocuparnos tanto por lo que podría salir mal y empecemos a pensar en lo que podría salir bien.