Desafiando el Amor || CHAESOO ~ JENLISA ||

43. Entre la competencia y el corazón

La presión aumenta en Wimbledon

El ambiente en Wimbledon estaba cargado de adrenalina y tensión. Tanto Jisoo como Rosé habían ganado sus primeros partidos, pero la presión solo aumentaba. El torneo, que ya de por sí era uno de los más importantes del año, se había convertido en el escenario donde su relación estaba siendo escrutada por todos.

Las cámaras y los periodistas no paraban de buscar el ángulo perfecto para capturar cada gesto, cada mirada que se intercambiaban dentro y fuera de la cancha. Los titulares se centraban no solo en su rendimiento, sino en el "drama romántico" entre ambas.

Rosé salió del vestuario después de una dura sesión de entrenamiento, su mente saturada con pensamientos contradictorios. No podía evitar sentir que el peso del mundo recaía sobre ella, no solo como tenista, sino como una persona que intentaba mantener a flote una relación en medio de todo ese caos.

Cuando llegó a su teléfono, encontró un mensaje de su madre:

_"Rosie, necesitamos hablar. Tu padre y yo estamos preocupados por cómo está afectando esto a tu carrera. Llámanos cuando puedas."_

Sabía exactamente a qué se referían. El constante recordatorio de sus padres la estaba desgastando, pero la presión de Wimbledon no le dejaba tiempo para detenerse y procesar lo que sentía.

La mirada de Jennie y Lisa

Mientras tanto, Jennie y Lisa observaban a sus amigas desde la distancia. Sabían que la relación de Jisoo y Rosé estaba pasando por un momento crítico, y que a pesar de sus intentos por seguir adelante, ambas estaban al límite.

-No sé cuánto más podrán aguantar, -comentó Lisa, mientras miraba a Rosé desde el palco de entrenadores.

Jennie suspiró, consciente de la fragilidad de la situación. -Ni yo. Pero también sé que son más fuertes de lo que parecen. Lo que necesitan es un momento de respiro, algo que las desconecte del torbellino que las rodea.

Lisa asintió. -Lo que pasa es que en este torneo, no hay espacio para distracciones. Cada día que pasa, la competencia se vuelve más dura.

Jennie se quedó en silencio, preocupada por Jisoo, quien aunque mostraba una fachada de seguridad, era evidente que la situación con Rosé la estaba afectando emocionalmente.

Esa tarde, tras una larga jornada de entrenamientos y entrevistas, Jisoo decidió reunirse con sus padres. Su presencia era un recordatorio del soporte incondicional que siempre le habían dado. Sin embargo, no podía evitar sentirse abrumada por la situación en la que se encontraba.

-Estamos tan orgullosos de ti, Jisoo, -dijo su madre con una cálida sonrisa, mientras cenaban en un restaurante cercano al estadio.

-Sabemos que este torneo significa mucho para ti, -añadió su padre. -Y también entendemos que tu relación con Rosé está bajo mucha presión. Solo queremos que sepas que estamos aquí para lo que necesites.

Jisoo asintió, agradecida por el apoyo de sus padres. -Es difícil, papá. Estoy dando todo de mí en la cancha, pero no puedo ignorar lo que está pasando con Rosé. La prensa, nuestros patrocinadores... todos están observando cada movimiento que hacemos.

Su madre tomó su mano suavemente. -Lo importante es que sigas fiel a ti misma. Si de verdad amas a Rosé, encontrarán la manera de superar todo esto. Pero no te olvides de disfrutar del tenis, que es lo que más amas.

Esas palabras resonaron en Jisoo, quien aunque se sentía desgastada, sabía que tenía que seguir luchando no solo por el amor que sentía por Rosé, sino también por su carrera.

La decisión de Rosé

Después de su primera victoria en Wimbledon, Rosé estaba agotada. No solo física, sino emocionalmente. Se sentía asfixiada por la presión de los medios, la constante vigilancia de sus padres y los conflictos internos que no la dejaban concentrarse como debía.

Esa noche, mientras descansaba en su habitación, decidió llamar a su madre. El tono en su voz era tenso.

-Mamá, -comenzó, con un suspiro. -Sé que están preocupados por mí, pero no puedo seguir lidiando con esto. Mi relación con Jisoo es complicada ahora, pero necesito tiempo. Tiempo para pensar y decidir qué quiero, no solo en mi carrera, sino en mi vida.

Su madre no tardó en responder. -Rosie, sabemos que es difícil, pero lo que más nos importa es tu bienestar. No queremos verte perder por estar distraída. Tal vez deberías poner un poco de distancia entre ustedes hasta que el torneo termine.

Rosé cerró los ojos, sintiendo el peso de las expectativas. -Eso es lo que todos dicen, pero no sé si puedo hacerlo. No sé si quiero hacerlo.

Cortó la llamada, sintiendo la incertidumbre clavada en su pecho.

Un reencuentro esperado

Jisoo, después de su conversación con sus padres, decidió buscar a Rosé. Sabía que las cosas no estaban bien entre ellas, pero no podía seguir dejándolo pasar. La encontró en los jardines del hotel, mirando el cielo nocturno, buscando consuelo en el silencio.

-Rosé, -dijo suavemente, acercándose.

Rosé la miró, y aunque se sentía vulnerable, no pudo evitar sentir alivio al ver a Jisoo y también instalarse una nube de mariposas en su vientre tal como el primer día que la conoció. Se quedó en silencio un momento, antes de hablar: -No sé qué hacer, Jisoo. Estoy tan agotada de todo esto. La prensa, el torneo, nuestros padres... todo parece estar en nuestra contra.

Jisoo se sentó junto a ella, tomando su mano. -Lo sé, cielo. Yo también lo siento. Pero no quiero perderte por toda esta presión. Solo quiero que encontremos la manera de superar esto juntas.

Rosé suspiró, con los ojos llenos de lágrimas. -¿Y si no podemos? ¿Y si el amor no es suficiente?

Jisoo la miró fijamente, con una intensidad en sus ojos que Rosé no había visto antes. -Lo único que sé es que estoy dispuesta a luchar por nosotras, pase lo que pase. No dejaré que nadie nos separe, ni siquiera nosotras mismas.

Ambas se abrazaron en silencio bajo las estrellas, sintiendo que, al menos por esa noche, podían apoyarse la una en la otra. Pero sabían que el camino por delante sería más difícil de lo que imaginaban.