36. Decisiones difíciles

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Rosé se encontraba en un rincón de la habitación del vestuario, con su teléfono en la mano y la mirada fija en el suelo

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Rosé se encontraba en un rincón de la habitación del vestuario, con su teléfono en la mano y la mirada fija en el suelo. Jisoo estaba a unos metros de distancia, observando en silencio, respetando el espacio de su novia pero manteniéndose cerca por si la necesitaba.

-Papá, -comenzó Rosé, con un tono de voz más suave de lo que había pretendido. -¿Por qué llamas ahora?

Hubo un momento de silencio en el otro extremo de la línea, como si su padre estuviera buscando las palabras adecuadas. -He estado pensando... en lo que ha pasado entre nosotros. No fue justo lo que te dijimos, ni cómo lo manejamos. Pero necesito que entiendas que fue un shock para nosotros verte en televisión... así.

Rosé sintió cómo un nudo se formaba en su garganta, sus dedos apretando el teléfono. -¿Así? ¿Qué significa eso?

-No lo sé, -respondió su padre, con un suspiro. -Tú siempre has sido nuestra hija perfecta, la que seguía las reglas, la que nunca nos decepcionaba. Y de repente, todo cambió. No estábamos preparados para eso.

-Rosé apretó los labios, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con caer. -¿Preparados para qué? ¿Para verme ser feliz con alguien que amo?

Su padre guardó silencio por un momento. -No es tan sencillo, Rosé. Lo que has elegido... no es lo que esperábamos.

El dolor en el pecho de Rosé crecía con cada palabra que escuchaba. -¿Elegido? ¿Tú crees que esto es una elección? Papá, yo no elijo a quién amar. Amo a Jisoo, y no cambiaré eso solo porque ustedes no lo entienden.

Jisoo, que hasta ese momento había permanecido en silencio, se acercó lentamente, sus ojos llenos de preocupación. Sin decir nada, se sentó junto a Rosé y le tomó la mano, ofreciéndole su apoyo en silencio.

-No te estoy pidiendo que cambies lo que sientes, -respondió su padre, su voz bajando. -Pero quiero que entiendas que esto no es fácil para nosotros. Tu madre sigue sin poder hablar de esto. Para nosotros, siempre has sido nuestra hija pequeña, la que íbamos a apoyar en todo... pero ahora nos sentimos perdidos.

Rosé cerró los ojos, las lágrimas finalmente escapando por sus mejillas. -Yo también me siento perdida, papá. No es fácil para mí lidiar con esto sola. Pero necesito que entiendas que no me estoy alejando de ustedes por decisión propia. Ustedes me están empujando lejos.

Hubo un largo silencio en la línea. Finalmente, su padre habló con una voz más suave. -No quiero perderte, Rosé. Pero necesito tiempo para entender todo esto.

Rosé asintió, aunque sabía que su padre no podía verla. -Yo también necesito tiempo. Pero no puedo esperar para siempre.

-Lo sé, -respondió él. -Voy a intentarlo, Rosé. Pero no puedo prometerte que será rápido.

La llamada terminó poco después, dejando a Rosé en silencio. Jisoo la abrazó con fuerza, dejando que Rosé llorara en su hombro.

-Estoy aquí mi amor, murmuró Jisoo suavemente. -No estás sola.

Después de la conversación, Rosé se tomó un momento para secarse las lágrimas y tratar de recomponerse. Sabía que tenía que volver a enfocarse en el torneo, pero la conversación con su padre seguía pesando en su mente.

-Siento que no voy a poder concentrarme en nada,  -admitió Rosé en voz baja, mientras caminaba junto a Jisoo de regreso a la cancha.

-No te presiones, -respondió Jisoo. -Nadie espera que estés al 100% después de una llamada como esa. Lo importante es que hables conmigo cuando lo necesites. No te lo guardes.

Rosé asintió, aunque su mente seguía aturdida por las emociones. -No quiero que esto arruine mi torneo... ni lo nuestro.

Jisoo la detuvo suavemente, tomándola por los hombros y mirándola directamente a los ojos. -Nada va a arruinar lo nuestro, Rosie. No importa lo que pase con tu familia. Esto es entre tú y yo. Vamos a superar cualquier cosa que venga.

Al día siguiente, los entrenamientos continuaban. Lisa estaba observando atentamente a Rosé, mientras Jennie hablaba con Jisoo sobre las próximas jugadoras a las que se enfrentarían.

-Rosé ha mejorado un poco desde ayer, -comentó Lisa, aunque su tono aún era serio. -Pero sigue cargando con mucho.

Jennie asintió, pero su expresión mostraba signos de estrés. -Jisoo está aguantando bien, pero no sé cuánto más podrán soportar ambas antes de que esto las afecte seriamente en la cancha.

De repente, Rosé cometió un error en un tiro fácil, y Lisa suspiró, frustrada. -¡Rosé, concéntrate! No podemos seguir cometiendo estos errores.

Rosé lanzó su raqueta al suelo, claramente frustrada, y se dio la vuelta, alejándose unos pasos. Jisoo} se acercó rápidamente, mientras Lisa y Jennie intercambiaban miradas tensas.

-Vamos a tomarnos un descanso, -sugirió Jisoo, colocando una mano en el hombro de Rosé. -No vas a mejorar si sigues forzándote cuando no estás bien.

Rosé respiró hondo, intentando calmarse. -Tienes razón. Sólo... siento que estoy fallando a todos.

Lisa se acercó y puso una mano en su hombro también. -No nos estás fallando, Rosie. Pero necesitamos que te cuides. Esto no es solo sobre el torneo, es sobre ti. Y sabemos que eres más fuerte de lo que crees.

Esa noche, las cuatro chicas decidieron reunirse en el apartamento para una cena relajada después de los duros entrenamientos. Mientras comían, el ambiente era más relajado, aunque aún había una tensión latente.

-Es difícil, -dijo Rosé, rompiendo el silencio. -Equilibrar todo... la familia, el torneo, nuestra relación.

Jennie asintió, sirviendo más vino para todas. -Lo sabemos. Pero no estás sola en esto. No podemos entrenar bien si estamos rotas por dentro. A veces, necesitamos parar y respirar.

Jisoo sonrió, tomando la mano de Rosé bajo la mesa. -Nos apoyamos unas a otras. Vamos a superar esto juntas.

-Lisa levantó su copa, su tono ligero. -Por eso estamos aquí. Un equipo, una familia.

Las chicas levantaron sus copas, brindando por el apoyo mutuo y la fuerza que encontraban en cada una de ellas.

Las chicas levantaron sus copas, brindando por el apoyo mutuo y la fuerza que encontraban en cada una de ellas

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Desafiando el Amor || CHAESOO ~ JENLISA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora