Jisoo una talentosa jugadora de Corea, y Rosé, su rival australiana, se enfrentan en un prestigioso torneo en Melbourne en el Australia Open. Mientras luchan por alcanzar la cima, una atracción secreta comienza a florecer entre ellas, desafiando la...
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La Tensión en el Aire
El sol de Melbourne brillaba intensamente sobre el Rod Laver Arena, inundando el estadio con una luz dorada que contrastaba con la vibrante atmósfera que lo llenaba. Miles de fanáticos se encontraban en las gradas, esperando el comienzo de la final del Australian Open, una final que prometía ser épica no solo por el nivel de juego, sino por las emociones que involucraba.
Jisoo y Rosé estaban en los vestuarios, preparándose para lo que sería uno de los partidos más importantes de sus carreras. Ambas estaban enfocadas en lo que estaba en juego, pero no podían ignorar la maraña de sentimientos que se enredaba en sus corazones.
Rosé, nacida en Nueva Zelanda pero acogida por Australia, sentía el peso de las expectativas del público. No solo estaba luchando por el título, sino que también estaba defendiendo su hogar. Se miró en el espejo, tratando de calmar sus nervios, pero los pensamientos de la noche anterior seguían rondando su mente. Su conversación con Jisoo la había dejado llena de emociones no resueltas. Ahora, esas emociones se arremolinaban dentro de ella, listas para estallar en la cancha.
Jisoo, por otro lado, estaba luchando contra su propia tormenta interna. Sabía que este partido significaba más que solo una victoria o una derrota. Era un duelo no solo de habilidades, sino de sentimientos. Su relación con Rosé había cambiado, y aunque no sabía exactamente hacia dónde iba, estaba segura de que, pase lo que pase, su vida no sería la misma después de este día.
Las jugadoras salieron a la cancha bajo el rugido de la multitud. La tensión era palpable, y ambas sentían el peso de las miradas de miles de personas. Sin embargo, cuando sus ojos se encontraron a través de la red, el mundo exterior pareció desvanecerse por un momento. Había una conexión silenciosa, un entendimiento mutuo de lo que estaba en juego para ambas.
El primer set comenzó con una intensidad que dejó a todos en el estadio sin aliento. Jisoo jugaba con precisión calculada, aprovechando cada oportunidad para presionar a Rosé. Por su parte, Rosé respondía con una mezcla de fuerza y gracia, desbordando pasión en cada golpe. El marcador iba subiendo punto a punto, ninguno de las dos dispuestas a ceder.
En medio del segundo set, cuando el partido estaba empatado, Rosé cometió un error no forzado, algo que rara vez hacía. La pelota voló fuera de los límites, y Jisoo se adelantó en el marcador. Rosé se quedó mirando la pelota, sintiendo que su concentración se desvanecía. Fue en ese momento cuando comprendió la magnitud de lo que sentía por Jisoo. La rivalidad entre ellas había sido lo que las unió, pero ahora, esos mismos sentimientos amenazaban con hacerla caer.
Jisoo notó el cambio en Rosé y, por un instante, sintió una punzada de preocupación. No quería que Rosé flaqueara, no así. Sabía que ambas necesitaban este partido, no solo para probarse a sí mismas, sino para descubrir lo que realmente significaban la una para la otra.
El tercer set fue el más disputado. Rosé, motivada por el apoyo de su país y por sus sentimientos por Jisoo, encontró una fuerza interior que no sabía que tenía. Jisoo, por su parte, luchaba con todas sus fuerzas, pero algo en su corazón le decía que este no era su momento. Mientras el set avanzaba, Rosé tomó la delantera con una combinación de precisión y determinación.
