Bailando con el diablo

I

(Portada hecha por @TereRodriguezok )

- ¡Ashley, date prisa! - gritó Jessica, mi mejor amiga.

- ¡Ya voy! - le grité de vuelta bajando os pocos escalones que me faltaban con los tacones en mi mano derecha.

- Hasta que apareces.

- No he tardado tanto - repliqué con el cejo fruncido.

- Para nada, para nada - dijo irónica. Tiró de mi mano izquierda haciendo que perdiese el equilibrio - vamos.

El taxi ya nos estaba esperando, así que solo tuvimos que subir y decirle donde íbamos.

Cuando llegamos pagamos al taxista y bajamos.

Nada del otro mundo.

- Vamos dentro - Jessica volvió a tirar de mi, esta vez hacia la cola para entrar de la discoteca - ¡por tu culpa ahora debemos hacer cola!

- Relaxing cup or café con leche - le dije tranquila.

- ¡¿Cómo puedes estar tan tranquila?! ¡Llegamos media hora tarde!

- Jess, lo bueno se hace esperar.

- Un día de estos voy a matarte lenta y dolorosamente.

- Tranquila, ya estamos - le señale al portero.

- De esta te has salvado Brown.

- Y de todas, Grey.

Le dimos las entradas al portero y entramos.

- Bueno... Aquí estamos otra vez...

- ¿Quieres algo de beber?

- No gracias, me apetece bailar.

- Pues vamos.

Seguí a Jess hasta la pista de baile.

Había de todo: gente que no sabe bailar, tías restregándose contra tíos y a la inversa, gente bebiendo, gente borracha, tíos buenos...

Logramos abrirnos paso hasta un sitio donde no hubiera tanta gente restregándose y empezamos a bailar.

Al rato Jess ya estaba medio ebria, y bailaba con dos tíos a la vez.

Yo, por mi parte seguí bailando, hasta que noté unas manos en la cintura y como me daban la vuelta.

Un chico, que mas que chico era un dios griego, estaba bailando conmigo.

Lo que me extrañó no fue que bailara conmigo, sino la oscuridad de sus ojos, y que me diera la vuelta, normalmente solo se pegan a mi como lapas.

Lo sé, incómodo.

- ¿Te apetece beber algo? - me gritó cerca del oído.

- Claro - le contesté igual.

Me cogió de la mano y me llevó hasta la barra.

Ahora que había mas luz podía verlo mejor, y no solo sus ojos eran negros como la oscuridad mas profunda, sino que también tenía el pelo negro y la ropa negra.

- Haz una foto te durara más... Espera, no la hagas, no me gustan las fotos - lo miré extraña - te he pedido una cerveza, no quería molestarte mientras me estabas violando con la mirada - abrí la boca para replicar - te he pillado.

- Vale - cogí la cerveza y fui a sentarme en una de las mesas, dando por asegurado que me seguiría, pero no fue así.

- ¡Ashley! ¿Qué haces aquí sola?

- No estaba sola.

- Estaba...

- Si, he estado bailando con una especie de dios griego al que le gusta el negro.

- Pero ya no...

- Déjalo, mejor nos vamos, ya estás suficientemente borracha como para empezar a hacer idioteces.

- Vale - suspiro resignada - dame 10 minutos.

- Está bien.

Mi amiga se fue de allí, y como me dijo, 10 minutos después ya estábamos esperando a un taxi.

Lo que no me esperaba es que vinieran los dos chicos con los que estaba bailando antes.

- Bueno, ¿a dónde vamos ahora? - preguntó uno de ellos.

- A mi casa - respondió Jess.

- Que directa - dije yo. Si, iba a acostarse con los dos. A la vez.

Paramos un taxi y subimos. Primero bajé yo, ya que los otros tres ocupantes iban al mismo sitio.

- Hasta mañana Ashley - se despidieron.

- Adios.

Entré en mi casa y me quité los zapatos, para no molestar a nadie.

Empecé a subir lentamente los escalones, y poco a poco fui andando hasta mi habitación.

Cuando llegué me puse el pijama, cerré las ventanas y me acosté.

Espero no tener mucha resaca mañana.