25. EL PLAN
Ashley POV's
Llegamos a casa de Aaron y esperamos hasta que el colegio terminara y Jess trajera a todos.
- Hay una cosa que acaba de pasar por mi mente - Mack llamó la atención de todos - ¿y si Elena los sigue hasta aquí?
- Empezará una guerra - le contestó Kian. Yo no podía hablar, si Elena los seguía Jess y los gemelos se enterarían de todo, y no solo eso, también estarían en peligro de muerte, y también mis padres y nosotros.
- Esperemos que eso no pase. - dijo Aaron.
- Si eso pasara - susurré - prometedme que os iréis - me miraron pidiendo explicaciones.
- No puedo dejarte morir - me contestó Kian.
- No estamos listos para afrontarla, y a saber a quién mas traerá consigo - alguien recibió un mensaje - si viene lo mejor es que os vayáis y no miréis atrás.
- Es ella, quiere que me reúna con ella en un rato, no dice para que - dijo Mack mirando su teléfono.
- Ve hermanita, y espero que hayas aprendido a mentir deprisa - la animó Aaron.
- Gracias - se dieron un abrazo. Ese "gracias" no parecía solo un agradecimiento por que él la apoyara.
Mack se fue y nosotros preparamos las trampas para que Elena no pudiera pasar.
Solo faltaba una hora para verlos y estaba nerviosa, no sabía que hacer o decir, no podía ayudar. ¿Cómo se lo tomarían? ¿Nos ayudarán? ¿Se irán? ¿Se lo creerán? ¿Entrarán a una casa protegida de ángeles y demonios?
Cogí el teléfono y le envié un mensaje a Jess diciéndole que les tenía que escribir un número en la nuca y el número. Cuando contestó preguntándome el por qué solo le dije que lo hiciera, me contestó que vale y que en pocos minutos estaría aquí.
Llamáron al timbre. Nos miramos.
- Es mejor que habrá yo, es mi casa - asentí con la cabeza y fue a abrir.
- Hola, mi amiga me ha dicho que trajera aquí a su familia - dijo con nerviosismo.
- Lo sé, pasad - se hizo a un lado.
Entraron y me puse de pie.
- Mamá, papá debemos hablar - miré a Aaron.
- Jess, ¿que te parece si vamos con los gemelos a la cocina para que puedan hablar en privado?
- Vale - asintió con desgana y se marcharon los cuatro a la cocina.
- ¿De qué quieres hablar? - preguntó mi madre.
- Yo mejor voy a la cocina - Kian se levantó y se fue.
- ¿No tenías suficiente con un demonio? - preguntó irritado mi padre - ¿dos demonios, enserio?
- Aaron no es un demonio, es un híbrido, hijo de un ángel y un demonio, criado por demonios, mientras que su hermana fue criada por ángeles.
- Bueno, ¿de qué quieres hablar? - intentó tranquilizarnos mi madre.
- Elena, el ángel que fue a veros el otro día, me quiere ver muerta, por lo de la marca, desde que estuve en el cielo. Como no puede entrar en casa de Kian, por la trampa de los números, quiere haceros daño para hacerme... hacernos... - corregí - hacernos salir, y así acabar con nosotros, o en otro caso conseguir otro híbrido para ganar a los demonios.
- ¿De eso querías hablarnos? - preguntó mi padre enfadado.
- No solo eso, quiero que nos ayudéis un poco... - no espere a que contestarán - no le digáis a Elena nada sobre esta conversación, con eso me vale... tengo claro que esta es mi guerra y que no tenéis pensado ayudarme... - hice una pequeña pausa - proteged a los gemelos, y a Jess, y cuidaos las espaldas, sois mis padres y mis puntos débiles.
- ¿algo más?
- No, podéis iros, es peligroso que estemos en la misma sala - di por terminada la conversación y fui a la cocina a agradecerle a Jess su ayuda.
Jess POV's
- Jess, ¿qué te parece si vamos con los gemelos a la cocina para que puedan hablar en privado?
- Vale - asentí con desgana y nos fuimos a la cocina. Una vez allí ocupamos los cuatro taburetes.
- Jess - me dijo Dylan.
- Dime - me giré para verlo mejor.
- ¿De qué crees que van a hablar? - preguntó Kevin.
- Pues no lo sé.
- Seguro que se ponen a discutir y mamá termina llorando - le dijo Dylan a Kevin.
- Ey, se arreglarán - intenté animarlos.
Kian entra en la cocina.
- ¿Todo bien? - le pregunta Aaron.
- Le costará.
- Kian - lo llamé.
- Gracias por traerlos hasta aquí - me agradeció.
- No hay de que, pero podrías contarnos algo de lo que estaba sucediendo ahí fuera.
- Las conversaciones privadas son privadas.
- Vale.
Nadie dijo nada hasta que Ashley entró en la cocina.
- Ash - la abrazaron sus hermanos.
- Chicos - ella se agachó para quedar a su altura - prometedme algo: cuidad a mamá y papá.
- Siempre - la volvieron a abrazar.
- Os tenéis que ir.
- ¿Volverás a casa? - le preguntó Kevin.
- Pronto - me parece que esa promesa no la cumplirá.
- Adiós - salieron de la cocina y de la casa.
- Gracias por todo Jess - me abrazo - algún día te contaré todo.
- ¿Qué tal mañana cuando vaya a dormir a casa de Kian a dormir?
- Puede - reímos.
- Me tengo que ir - la abracé - ya hablamos.
Salí de allí con la cabeza llena de dudas, pero con la seguridad de que cuando se sintiera cómoda con el tema me lo contaría todo.
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Bailando con el diablo
ParanormalSus ojos negros como la oscuridad más profunda hacen que todos tengan miedo de él. ¿Por qué yo no? ------------------------- Creditos de la portada a @TereRodriguezok