7. ¿QUÉ HACEMOS CON ESO?

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- Lo sé... - nos quedamos en silencio - sé el significado de la marca.

- Yo también.

- No puedo decirles a mis padres sobre eso, se armaría una guerra mundial.

- ¿Y qué hacemos?

- Yo pensaba que tu tenías todas las respuestas - dije de broma.

- Muy graciosa ha salido la niña - dijo con sarcasmo.

- Muy sarcástico ha salido el niño - imité su tono de voz.

- Te dejaré pasar eso porque tus padres están por llegar, no me gustaría ser hombre muerto...

- ¿No querrás decir demonio?

- Viene a ser parecido - ambos reímos - nos vemos - saltó por la ventana.

- Vale, gracias por dejarme decirte adiós - grité desde la ventana.

- De nada, y sería hasta luego.

- Pues eso, hasta luego - cerré la ventana y le puse el seguro.

Me volví a acostar en la cama, esta vez cayendo en los brazos de morfeo.

(A la mañana siguiente)

Me despierto por unos constantes golpes en la puerta. Pero eso si, estaba como nueva.

- Adelante - dije frotándome los ojos.

- La puerta está cerrada - dijo mi madre.

Me levanto perezosamente de la cama y abro la puerta. Mi madre entra rápidamente.

- Ashley... hija... no puedes decirle nada a tus hermanos sobre los ángeles y los demonios.

- Buenos días mamá, ¿cómo has dormido? Yo estupendamente hasta que alguien me ha despertado a las 6:30 de la mañana, pero gracias por preguntar - dije con sarcasmo.

- Lo que tu digas - hizo un gesto con la mano para restarle importancia - solo no hables del tema, tus hermanos no han dado seña...

- No puedo hablar del tema, así que si me permites, voy a desayunar - pase por su lado y salí de mi habitación.

- Aún no lo he hecho.

- ¿Me despiertas temprano y aún no tienes el desayuno listo? - digo "dolida" - creí que no eras así.

- Anda, ve bajando que en un momento lo hago.

- Vale - me encogí de hombros, satisfecha y fui a la cocina.

Al rato bajó mi madre y preparó el desayuno, que todos comíamos mientras le decíamos lo buena que estaba.

Cuando terminamos recogimos todo y fui a mi habitación a vestirme, mis padres ya habían salido de casa.

- Joder que susto me has dado - puse una mano en mi pecho.

- No era mi intención - parece pensarlo - o puede que si... sea como sea nunca lo sabremos.

- Si no te importa, voy a cambiarte - espere a que se girara, al menos. No lo hizo - o te giras o te vas.

- Vale, vale - levanto las manos y se giró.

Me vestí rápidamente.

- Ya estoy.

- Vale, vamos.

- ¿Dónde vamos, exactamente?

- A un lugar especial, te gustara ya verás.

- No se si creerte.

- Pues vas a tener que hacerlo si quieres información... toda la información que pueda darte.

La curiosidad mató al gato.

- Vamos.

****

Hola, holaaaa.

No sois muchas personas las que leeis la novela, pero me gustaría pediros que la comentarais o votarais, os lo agradecería mucho, sinceramente.

Si hay votos, mas adelante haré un maratón, pero no muy largo, de unos dos, tres o cuatro capítulos de largo, o puede que haga un capítulo mucho mas largo de los que he hecho hasta ahora.

Besos.

Lina.

Bailando con el diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora