- ¿Yo? - fui subiendo el timbre de mi voz - ¿asustada?, imposible.
- Lo estás - el doctor se fue acercando a mi.
- Ni se te ocurra hacerle algo - dijo alguien a sus espaldas. El doctor de giró.
- ¿Quién me lo impedirá? ¿Tu? - el chico que ahora reconocía como Kian asintió con la cabeza - entonces se lo haré igualmente.
No se como ni porque, pero el doctor salió volando hacia la pared de enfrente de la cama, y no se pudo mover.
- Mas te vale salir de este hospital, todos saben que estás aquí.
- ¿Quién son todos?
- Los demás... que son como nosotros... - lo miré extraño - demonios... ¡sal ya!
- vale, vale...
- Kian - habló el doctor - te arrepentirás de ayudarla...
- Es solo una adolescente... no sabe nada de nada...
- ¿hola? Sigo aquí - llamé su atención.
- No deberías - me dijo Kian rápidamente - así que vete.
- ¡Ay, Kian, Kian, Kian...! ¿Cuándo aprenderás? Ambos sabemos lo que les pasa a los desobedientes... Las normas eran claras: buscar, encontrar y matar a los ángeles.
- No soy un ángel - interrumpí.
- Eso es exactamente lo que diría un ángel - habló el doctor.
- Y un humano... aún no sabemos con seguridad si ella lo es... hasta que no estemos seguros no podemos matar - me defendió Kian, bueno algo similar.
- He dicho que no soy un ángel, y no me vais a matar, adiós - salí de allí para ir a buscar a mis padres.
Como en el pasillo no estaban fui a la sala de espera.
- ¡Hija! ¿estás bien? - me miró de arriba a abajo.
- Si, ahora nos vamos - los cogí a ambos de las muñecas y los saqué a rastras del hospital.
Subimos al coche y fuimos a casa.
Cuando llegamos fui a mi habitación y me encerré.Al rato subió mi madre con un vaso lleno de algo.
- Bébelo todo y mañana estarás como nueva.
Le hice caso y me lo bebí, no estaba tan malo.
Cuando mi madre salió me tumbé en la cama, mirando el techo.
- ¿Que mierda ha pasado en el hospital? - me pregunté a mi misma.
- Es complicado de explicar - contestó un hombre, Kian.
- ¿Qué haces aquí? ¿Cuánto llevas aquí?
- Sabía que tendrías dudas, no hace mucho que estoy, y no me puedo quedar mucho tiempo, así que pregunta lo que quieras.
- ¿Soy un ángel?
- Si, lo eres - dijo mirándome a los ojos - no voy a matarte... no podría.
- ¿eres un demonio? ¿por qué no podrías matarme? ¿por qué le mentiste al "doctor"?
- Si, soy un demonio, mentí al "doctor" para que no te matara, y no puedo matarte porque... ¿otra pregunta?
- Eeehm... - pensé - de momento no, solo esas, pero responde.
- Vale - suspiró con cansancio - tienes una cicatriz... mas que cicatriz marca de nacimiento.
- Si - afirmé.
- No era una pregunta.
- Vale, siento haberte interrumpido - me miró levantando las cejas - sigue.
- ¿es cómo esta? - se subió un poco la manga de su camiseta de manga corta, desvelando una marca igual a la mía.
- Es igual a la mía - sin darme cuenta me encontraba tocándole el brazo.
- ¿Sabes que forma es o lo que significa?
- Noup - dije remarcando la "p".
- Es como si te hubiera atravesado una flecha... el significado no lo se... lo averiguaré.
- Vale - se hizo un silencio incómodo.
- Mejor me voy - dijo levantándose - por cierto - se giró hacia mi - cuídate bien, los demonios te buscan... tu casa está protegida, aquí no te encontraran, estás fuera de su radar, así que no salgas mucho - dicho esto, saltó por la ventana.
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Bailando con el diablo
ParanormalSus ojos negros como la oscuridad más profunda hacen que todos tengan miedo de él. ¿Por qué yo no? ------------------------- Creditos de la portada a @TereRodriguezok