14. DE UN LIBRO.

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14. DE UN LIBRO.

Los hombres me llevaron a un edificio, un edificio que describiría de no ser que me dejaron directamente dentro de este, me llevaron por unos pasillos y me sentaron en una silla con una mesa y otra silla delante y un cristal detrás, como si fuera una sala de interrogatorio de esas que salen en las series.

- Espera aquí - dijo uno de los hombres.

- No se donde estoy, no puedo ir a ningún sitio - sonreí con sarcasmo.

Los hombres salieron de la sala y me dejaron completamente sola.

Pasó media hora hasta que alguien se dignó a entrar.

- Hola Ashley.

- Hola señora - la mujer se sentó en la otra silla - ¿qué tal el día? - sonreí falsamente, la mujer me miró mal. Me puse seria - ¿por qué estoy aquí?

- Voy a hacerte unas preguntas, mas te vale contestarlas todas y bien.

- O... - dejo un cuchillo sobre la mesa. Mierda.

- No hacen falta mas explicaciones - no dije nada - buena chica - abrió una carpeta con muchas hojas dentro.

- ¿Qué es eso?

- Cállate - miró los papeles - ¿Te llamas Ashley Brown?

- ¿Por qué iba a mentir sobre mi nombre?

- Solo di si o no.

- Si.

- Sigamos - empezó a hacerme preguntas sobre mi familía, amigos... - ¿de dónde sacaste lo de las almas gemelas? - mierda.

- De un libro.

- ¿de dónde sacaste lo de las almas gemelas?

- De un libro, ¿estás sorda?

- No me hables así, ¿de dónde sacaste lo de las almas gemelas?

- De.un.libro.

- No es cierto - cogió el cuchillo y me hizo un corte en el antebrazo - ¿quién te dijo?

- Internet - otro corte, pero en el otro brazo.

- Mentirosa. ¿Conoces a tu alma gemela?

- No - otro corte. Grité.

- Sabes, este ya está demasiado sucio de sangre, iré a por otro.

La mujer salió de la sala y entró una mas joven.

- ¿Estás bien? - dije mirándome los cortes.

- Viviré.

- Voy a curarte.

Dicho esto hizo que mis heridas desaparecieran.

- Dile lo que quiere oír, si no lo haces cogerá el cuchillo de los ángeles y te dolerá como nunca nada te ha dolido.

- ¿Cómo sabe cuando miento y cuando no?

- Por tus gestos, tics... Todo eso. Tengo que irme.

La mujer joven salió y entró la otra.

- Bueno - puso un cuchillo mas grande en la mesa - veo que Lili te ha curado.

- Si - respondí seca.

- ¿De dónde sacaste lo de las almas gemelas? - puse cara de poker.

- De un libro, ¿cuantas veces te lo tengo que decir? También leí algo en internet. Digo la verdad.

- No dices la verdad, y no saldrás de aquí hasta que la digas.

- ¿conoces a tu alma gemela?

- No, aún soy joven.

- Vale.

- ¿Quién te dijo?

- ¿Decirme el que?

- Todo.

- Tuve una discusión con mis padres y sin querer se les escapó cierta información.

La mujer me cogió ambos brazos, los juntó y me hizo un corte mas profundo que los anteriores.

- Dos mentiras dos cortes. Vas mejorando. Pero como no eres de fiar pasarás la noche aquí.

Salió de la sala y entró Lili, me curó los dos cortes y salió, luego entraron dos hombres y me llevaron a lo que parecía ser un calabozo.

- Que divertida será esta noche - dije para mi misma.

- ¿Sueñas normalmente? - dijo un chico que estaba allí dentro.

- Si, ¿eso que tiene que ver?

- Que te van a bloquear los sueños, para que no puedas comunicarte con nadie.

- ¿Cómo sabes eso?

- Llevo aquí un tiempo...

- ¿Cuánto? - pregunté curiosa.

- Un par de semanas - dijo triste.

- Vaya... ¿por qué estás aquí?

- Ellos creen que trabajo para demonios, pero no es cierto.

- Pero como ellos lo creen tiene que ser cierto, y hasta que lo demuestren estarás aquí - terminé por él.

- Correcto. ¿y tu, por qué estás aquí?

- Sé demasiado para su gusto.

- Ha habido varios de esos por aquí...

- ¿Y qué pasó con ellos?

- Se los llevaron y no volvieron.

- Vaya.

- ¡Eh! ¡A dormir! - gritó un guardia.

- Buenas noches - dijimos a la vez.

Nos acostamos cada uno en una cama y, por lo menos yo, dormimos.

Bailando con el diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora