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✨GAEL✨

TRES HORAS ANTES

Suelto un suspiro al leer el mensaje de Kate, diciéndome que no puede. Supongo que estará ocupada y ahora no puede hablar, porque ese mensaje fue bastante corto. La verdad es que leer eso sí me desanimó bastante, puesto que casi no nos hemos visto hoy.

Mi celular vuelve a vibrar y entro nuevamente a nuestro chat, para terminar sonriendo al ver que me puso que mañana tendrá el día libre y completamente para mí.

Decido no responderle, porque sé que cuando se desocupe de lo que sea que esté haciendo, me hablará con más naturalidad y, quizá, me cuente sobre su día.

Tuve que venir a ver una cosa para mi mamá al centro comercia y pasé por el área del cine, hay una película en cartelera que me parece interesante y me dieron ganas de verla con Kate, por eso es que la invité. Pero supongo que podremos verla mañana.

Veo gente ir y venir mientras camino tranquilo de regreso a mi casa desde el centro comercial, disfrutando del trayecto. Veo a chicos salir de una cafetería riendo y, por alguna razón, eso me hace sonreír. Sé que probablemente tengamos la misma edad o cercana, debido a que ellos tienen un uniforme escolar, pero por alguna razón verlos me da nostalgia.

Siento nostalgia al pensar que este es mi ultimo año de preparatoria, y que luego de esto, nada volverá a sentirse igual, o eso es lo que repiten los adultos hasta el cansancio y con varios suspiros llenos de recuerdos que desearían revivir.

Sin darme cuenta, me encuentro suspirando al verlos bromear y reír muy ajenos al mundo que los rodea, y eso me hace darme cuenta de lo mucho que deseo lograr que este año sea mío. Brillar. Así lograré sonreír como esos adultos al pensar en estos tiempos, con cierta nostalgia pero feliz de haber vivido una buena adolescencia, sin sentir que fue una total perdida de mi vida.

Cierro los ojos y sonrío mientras inclino un poco la cabeza, para sentir los últimos rayos de sol sobre mi cara, haciéndome sentir vivo. A pasar de todo lo que esta ocurriendo en mi vida, me gusta disfrutar de estos pequeños placeres que me recuerdan que la vida esta para eso, disfrutarla todo lo posible.

—¿Gael?

Abro los ojos de golpe y mi sonrisa se borra hasta que mis labios forman una fina línea. Me quedo inmóvil por varios segundos, tratando de decirme a  mi mismo que esa voz es un mal sueño y ya. Pero entonces su aroma ingresa por mis fosas nasales, advirtiéndome que no es así.

Giro sobre mis talonee con una lentitud dolorosa, para terminar encontrándome con esos rizos abultados de color castaño, aunque con la luz del sol parecieran bañados de oro o algo parecido, su lunar cerca del ojo derecho y esos ojos únicos y raros debido a su heterocromía.

La ultima vez que la vi fue hace casi tres años, tenia el cabello mas largo, reía a carcajadas en un parque familiar y vestía un elegante traje de oficinista. Hoy trae el cabello corto hasta los hombros, tiene una expresión indescifrable, pequeñas arrugas a los lados de sus ojos como mí mamá y un traje parecido al de aquella vez, pero ahora es de color azul intenso.
 
La miro sin saber que decir, hacer o reaccionar. Todo lo que puedo hacer es tragar saliva en seco, lo cual estoy seguro que se escuchó.

Inhalo hondo y con la poca fuerza que siento que me queda en el cuerpo, vuelvo a girar sobre mis talones y comienzo a caminar lejos de esa señora.

—Espera, por favor —pide, agarrando mi mano con cautela y debo cerrar los ojos al sentir como su tacto quema.

Me suelto de su agarre con cuidado de no lastimarla, mas sin embargo no giro a verla.

—No tengo nada que decirle, disculpe.

Aquel año nuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora