Capítulo 10. Infiltrados

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Sábado 29 de diciembre de 2018, New York, USA.

Siete y veintidós pm, oficina de la SEDE del FBI. Ahí se encontraba Taylor en su despacho junto con su bolsa de ropa para cambiarse el traje que le delataba cómo persona con dinero o buen estatus social, lo cuál no ayudaba infiltrarse, demasiado llamaba ya la atención midiendo un metro noventa como para vestir con ropa cara para ir a callejear por las calles.

Durante esta semana habían investigado y en el distrito del Bronx habían encontrado diferentes barrios los cuáles estaban siendo dominados por los Vannicelli, iban a moverse por esos locales intentando averiguar algo sobre Dolores Martínez. Llevaban la foto antigua y la nueva, alguien debería saber algo, ni que sea un rumor.

La puerta del despacho se abrió dejando paso a Alessandro el cuál también traía una mochila llena de ropa para cambiarse, la dejó encima de la mesa junto con la mochila de Taylor para después mirarlo.

-Buenas tardes a ti también, Taylor.- El tono de burla sonó dejando un eco en la cabeza de Taylor.

-Buenas tardes, Alessandro.- Se giró hacia su mochila para empezar a desempacar su ropa y comenzar a desabrocharse los botones uno a uno, dejando poco a poco su pecho al descubierto y enseñando sus músculos libres de tatuajes a diferencia del italiano.- Repasemos el plan, por favor.

-Bien, hay cinco discotecas más importantes donde se imparten los siguientes delitos a nombre de los Vannicelli: Tráfico de drogas, venta de alcohol a menores, trata de blancas, prostitución y blanqueo de dinero. El mismo líder que lleva estas cinco discotecas también es el encargado de discotecas de aquí de Manhattan, pero además lleva el control de algun que otro local de otros estados, pero normalmente no es su competencia. Puede ser un candidato para saber algo sobre Dolores, rumores sobre el heredero y más, se sabe que los sábados donde más dinero se consigue es el Bronx, por lo tanto estará en alguna de estas cinco discotecas seguro. Su nombre, Michael Smith.- El pelinegro recitaba toda la información de memoria mientras ambos se quedaban en ropa interior para después volver a vestirse pero con una ropa diferente.

La diferencia de cuerpo no era mucha, ambos lucían cuerpos de arduo entrenamiento, debido a la gran exigencia de su trabajo, lo único que les diferenciaba eran los tatuajes y los piercings, en este momento Taylor pudo observar que algún que otro tatuaje, pero en menos cantidad, pintaban las piernas de su amigo, realmente le fascinaba que alguien tuviera tanto aguante al dolor y sufrimiento, además de pagar por ello, repentinamente se le ocurrió una duda y como buena persona extrovertida, Taylor se olvidó por un instante de sus sospechas y rompió el hielo.

-¿También tienes tatuajes en el pene o alrededores?- Así, sin más, con vergüenza ni se come ni se almuerza.

-Taylor, ¿entiendes que es un poco raro que me preguntes esto mientras estamos ambos en ropa interior, no?- Explicaba el pelinegro mirándolo con su cara de perplejidad.

-Sí, pero es que la curiosidad mató al gato y cada vez veo más decoraciones en tu cuerpo.- El rubio le señaló los tatuajes de las piernas.

-Si tanta curiosidad tienes, te respondo que en el pene como tal no tengo ninguno, me interesa tenerlo "limpio".- Refiriéndose al tema tatuajes.

-Entonces, ¿alrededor si que tienes?- Volvió a insistir.

-Sí.- Tiró de la goma elástica del lado derecho del bóxer para mostrar que justo debajo de su marcada V, en paralelo de su miembro se encontraba una frase en italiano junto con un número.- No preguntes el significado por que no te lo diré, es demasiado personal, pero es el único que tengo por la zona.

-¿Te depilas?- Preguntó el rubio curioso al encontrar la falta de vello en la zona.

-Taylor centrate en vestirte y deja de preguntar cosas relacionadas con mis genitales, una vez vestido podremos hablar de lo que quieras.- Aprovechó Alessandro para ponerse su camiseta de manga corta de color negra junto con sus jeans algo anchos y unas convers clásicas negras, mientras el rubio había optado por un jersey blanco fino y un jean claro junto con unas nike blancas.

¿Seré capaz de amarte después?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora