Después de lo que pareció una eternidad, nos separamos, y el aire del bosque, aunque aún frío y pesado, parecía menos opresivo. Sentí la calidez del abrazo de Yuki disiparse lentamente, pero su presencia seguía siendo un ancla en medio de la tormenta de emociones que me invadía. Sabía que algo fundamental había cambiado dentro de mí, aunque no tenía del todo claro qué era. Mis recuerdos, aunque fragmentados, se habían comenzado a reunir, y con ellos venía una comprensión que aún me eludía.
Yuki me miraba con una mezcla de preocupación y esperanza. Podía ver en sus ojos que, aunque estaba asustada, estaba dispuesta a seguirme a donde fuera que este nuevo camino nos llevara.
—Red... —comenzó, su voz suave, temblando ligeramente—. ¿Qué es lo que viste? ¿Qué fue lo que recordaste?
Respiré hondo, intentando ordenar los pensamientos caóticos en mi mente. Sabía que no podía seguir huyendo de la verdad, que tenía que enfrentarla, pero también que no podía hacerlo solo.
—Vi... fragmentos —dije finalmente, mi voz aún ronca por la emoción—. Rostros, lugares, emociones... Vi una vida que no recordaba haber vivido. Creo que esa mujer... ella era alguien importante para mí, pero no puedo recordar su nombre. Sin embargo, sé que hay algo que debo hacer, algo que debo encontrar.
Yuki asintió, aunque no parecía menos preocupada. —¿Y qué hacemos ahora? —preguntó, su tono mostrando que estaba dispuesta a seguir adelante, a pesar de sus dudas.
—No lo sé —admití, siendo honesto por primera vez en mucho tiempo—. Pero siento que tenemos que seguir adelante, encontrar lo que perdí. Hay respuestas en estos bosques, en este lugar. Pero primero, necesitamos descansar, y pensar en nuestro próximo movimiento.
Yuki pareció aliviada de que no fuéramos a seguir avanzando sin rumbo inmediato. Aunque estábamos en un lugar peligroso y desconocido, el cansancio físico y mental estaba comenzando a cobrar su precio, y ambos necesitábamos un momento para recuperarnos.
Encontramos un pequeño claro en el bosque, donde el follaje era menos denso y la luz de la luna se filtraba a través de las ramas, iluminando el suelo cubierto de musgo. Era un lugar extraño para descansar, pero había una tranquilidad en el aire que me hizo sentir que, por ahora, estaríamos a salvo.
Nos sentamos junto a un tronco caído, y Yuki encendió una pequeña fogata con las ramas secas que había encontrado cerca. El fuego, aunque pequeño, irradiaba una calidez que contrastaba con la frialdad del bosque, y el sonido de las llamas crepitando nos ofreció un consuelo inesperado.
Nos quedamos en silencio durante un largo rato, ambos perdidos en nuestros pensamientos. Pero finalmente, no pude evitar preguntarme en voz alta:
—Yuki, ¿alguna vez has sentido que tu vida estaba incompleta, que había algo más allá de las sombras que no podías ver?
Ella me miró fijamente, su expresión seria. —Sí, muchas veces. Especialmente desde que comenzamos a entrenar juntos. Siempre he sentido que las sombras eran mi hogar, pero al mismo tiempo, había algo en mi interior que me decía que debía haber algo más, algo mejor. Pero no sabía cómo encontrarlo... hasta que te conocí.
Sus palabras resonaron profundamente en mí. Había algo en nuestra conexión que iba más allá de la simple camaradería o de ser compañeros de entrenamiento. Estaba claro que nuestras vidas estaban entrelazadas de una manera que aún no comprendíamos del todo.
—Tal vez, encontrar lo que he perdido también signifique ayudarte a encontrar lo que tú has estado buscando —dije, tomando su mano. Ella me miró sorprendida, pero no apartó la mano.
—Tal vez —susurró, su voz apenas audible.
Nos quedamos así, en silencio, mientras el fuego seguía ardiendo suavemente a nuestro lado. Sabía que lo que habíamos empezado a descubrir era solo el principio de algo mucho más grande, algo que cambiaría nuestras vidas para siempre. Pero por ahora, en ese momento, bajo la luz de la luna y con las sombras del bosque a nuestro alrededor, estaba dispuesto a enfrentar lo que viniera. No estaba solo, y eso era suficiente para mantenerme firme.
El sonido del bosque nocturno nos envolvía, y mientras me preparaba para cerrar los ojos y descansar, una última pregunta cruzó mi mente, una que me hizo estremecer ligeramente.
—Yuki, ¿crees que alguna vez podremos dejar atrás las sombras?
Ella no respondió de inmediato. En cambio, apretó mi mano con más fuerza, como si también buscara la respuesta en ese gesto.
—No lo sé, Red. Pero si hay una manera, la encontraremos juntos.
Esa promesa, aunquesimple, me dio la paz que necesitaba para finalmente cerrar los ojos. No sabíaqué nos depararía el futuro, pero estaba listo para enfrentarlo, paso a paso,hasta que la luz finalmente prevaleciera sobre las sombras.
ESTÁS LEYENDO
Un nuevo mundo, Runterra.
FanfictionUn dia como otro, League of Legends, Un juego que me gusta mucho, fui a dormir, pero cuando desperte, solo veia arena, una esfinge cayendose en pedazos, ruinas, donde estoy? esa era mi pregunta.