Capituló 12

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               •El inició de una travesía•

Entreabro mis labios sin poder dar crédito a lo que mis ojos me gritan, literalmente estoy en shock. Cada uno hizo su aparición triunfal, todo, estúpidamente atractivos y perfectos irradiando peligro, elegancia cómo si de dioses del inframundo se tratara dejémonos a todos hipnotizados

Un hombre mayor, fue el primero en salir, lo reconocí por aquellas fotos de la revista, es el padre de Alex, Alessandro Massaro, lleva un traje negro perfectamente ajustado a su cuerpo trabajado, no muestra expresión alguna, no sonríe y mucho menos, da palabras de agradecimiento como si fuésemos nosotros los que deberíamos adorarlos por invitarnos, el viene acompañado de la madre de Alex, se ve perfecta literalmente, un vestido rojo realzando sus facciones y combinando con su melena, siempre he sido consciente de la belleza y Cassandra Fabbri es realmente una diosa para el mundo.

Mi pulso está hecho un caos, mi mente divaga  entre aquellas personas, detallando cada reacción completamente asombrada, pues todos son recibidos como si de reyes se tratara.

Hundo mi ceño con el corazón en la garganta al notar que es él, el único que falta por hacer su aparición. La necesidad de verlo me hace estremecer haciendo que mi pecho arda

Contengo la respiración cuando las luces se apagaban, de nuevo, dejándonos en completa oscuridad. Mis sentidos se ponen en alerta imaginando miles de situaciones en las que todos salíamos en peligro. Pero, de repente, una luz, tenue, ilumina aquella tarima donde la familia Massaro, ha desaparecido

Mi mente trabaja demasiado rápido procesando todo lo que sucede. Mis manos tiemblan y escucho mi corazón latir como loco.

Una sombra aparece en mi campo de visión, todos, en completo silencio a la expectativa de lo que sucede. Mis piernas se vuelven de gelatina amenizándome con fallarme en cualquier momento, mi mente explota en el momento en que me percato de que, no es una sombra, no es alguien desconocido, no es alguien a quien pueda ignorar. Todo lo contrario, él era el dueño de mis noche de insomnio, el dueño de mis deseos y fantasías, el hombre frente a mi, era mi eterna perdición.

Una música escalofriante empezó a sonar, como aquella melodía que ponen en las noches de Halloween. Aquella melodía envolvió el salón en un segundo. Entonces, ocurrió lo que jamás me imaginé, ni por un segundo, que sucedería. Alex empezó a cantar

Deje de respirar.

La poca luz no me permitía detallarlo, pero allí estaba, de pie, con una sonrisa perversa, con los ojos cerrados, mientras sus labios se movían con agilidad. Me hipnotizo con aquella voz, profunda, severa y tan tentadora que nos puso a temblar todos

No cantaba como un ángel, porque aquellos seres celestiales, solo venían al mundo a salvarlo. Él cantaba como los demonios, aquellos disfrazados de bondad, cuando lo único que desean es tenerte en sus manos, él, él me tiene en sus manos. Aquel demonio con cara de ángel era el dueño de cada parte de mi ser.

Reconocí la canción en un segundo: Trouble/ Camylio.

Creí que iba a morir en un segundo. Pasó aquello que más temí, sus ojos, ese par de dagas que se clavan en mi alma cada vez que me observa como si fuese su mayor deseo, se encuentran con los míos. Sentí su mirada profunda y perversa dibujada en su espléndido rostro

Sentí las manos temblorosas y sudadas haciendo que la copa en mis manos cayera en mis pies. No me inmuté para nada a mirar los pedazos de cristal que yacen en el suelo, no pude apartar mi mirada de la suya, no quería ni siquiera intentarlo

-She's gonna be the death of me.

Mi cuerpo se estremece al sentir la profundidad de su voz, con la intensidad en que dice cada palabra. Estoy muriendo, muriendo porque esto sea real.

PERDICIÓN Where stories live. Discover now