PERDICIÓN

Capítulo 24

                         •En la mafia•

-No te preocupes, cariño. Tus hermanas mañana mismo estarán viajando hacia Argentina con Leonard el hermano menor de Alessandro.- informa la pelirroja con tranquilidad en la voz

Un alivio me inunda al saber que al menos, ellas estarán alejadas de todo esto. Mi mirada se encuentra con aquella dueña de mi alma y sus hermosos labios se levantan en una sonrisa perversa y cínica.

Hubiera deseado que todo fuera diferente, pero, simplemente, no todo se puede elegir en la vida, y si este es mi destino y si la mafia es mi camino, no lo dejare pasar, por lo menos, no ahora que tengo una justicia que hacer y una muerte que cobrar. Así que si, lo elijo, elijo seguir en este rumbo, tomar este camino y si, lo elijo a él para empezar. Le devuelvo la sonrisa cargada de emociones, mi corazón se pincha de felicidad y mis manos sudan de nerviosismo.

- ¿Estás segura de querer entrar a la mafia?- pregunta el señor Alessandro con seriedad

Respiro hondo y asiento con la cabeza.

-Te lo dije, la niña tiene agallas.- susurra como burla Leonard, que ahora recuerdo, tiene el mismo nombre que su tío. Sonreí divertida por su chiste sin gracia y les dediqué una mirada acusadora fingiendo molestia

-No es un juego, Zoé- afirma Maximiliano con aquella voz que pone a temblar a más de uno.

-Lo se. Y se que les pueda parecer una decisión apresurada.- pase mi mirada por cada uno- Pero, la traición se paga con sangre, ¿no es así?.- afirmó- Porque si la traición tuviera perdón, él diablo aún estuviera en el cielo. Así que, venganza, justicia, sea como sea, quiero que pague.

Observó coló todos sonríen con superioridad admirando mis palabras. Era cierto, no importaba el nombre, no importaba si está decisión era mi perdición, si todo esto lo era, ahora, lo único que quería era que él pagara, lo único que deseaba era que asesinarlo con mis propias manos, que sienta lo que mis pequeñas niñas sintieron.

-Bien, protegeremos a tu familia, pero, en la más mínima debilidad que haya, se acaba el trato. No acepto débiles en mi equipo.

Sonrió y asiento con la cabeza mirando al padre de todos estos demonios.

-Estudiaré las coordenadas y el lugar, así formaremos un plan de ataque para acabe de una vez con ese bastardo.- informa Nicholas tomando la atención de todos

El resto del día estuvimos entre coordenadas, ataques, armas, autos, equipos, planes y demás cosas. Siempre creí que esté tipo de cosas solo sucedían en las películas o libros, pero, siendo sincera, las pocas cosas que se ven, se quedan cortas con todo lo que significa estar en la mafia. Mucho más, en el imperio número uno del mundo.

Masajee mis hombros con lentitud tratando de suavizarlos un poco. Llevamos horas en este lugar haciendo miles de trazos y planes, además, Alex me ha contado la travesía con aquel imperio, según esto, la guerra contra los Santorini, ha sido mucho antes de que la señora Cassandra estuviera con el señor Alessandro, sin embargo, desde entonces, han sido enemigos de muerte. La razón, desconocida.

Observe por el rabillo de mi ojo aquel hombre que usa lentes y tiene el semblante concentrado, mi corazón empezó a latir como loco viéndolo tan cerca y tan apetecible. Alex cumple aquella fantasía de follarte al profesor moja bragas del instituto a la perfección, haciendo que suelte una risilla divertida

Lo detalló mucho mejor dejando algunos papeles a un lado. Observó la laptop en sus piernas y el vaso de whisky en su mano mientras con la otra, maneja el teclado. Se ve concentrado, muy. También cansado y serio.