Capítulo 45

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                         •Cara a cara

-Baja el arma- ordena y mi corazón se me va a salir del pecho

Hago lo que me pide con mucho cuidado mientras los tres se ponen en alerta. No me queda otra alternativa más que obedecer, por ellas, esas niñas inocentes son mi talón de Aquiles y haré lo que sea para cuidarlas. Tengo que pensar en algo o vamos a morir.

-Eres un maldito ángel de la muerte. ¿Sabes?- afirma el pedazo de escoria con cinismo en la voz- Siempre muere alguien cuando estas cerca.

Sonrió porque es cierto. Trato de mantenerme relajada y despreocupada mientras intento encontrar alguna salida. Hace un ademán con la cabeza y hundo mi ceño sin entender

-Entra.- ordena señalando la habitación a su lado. Obedezco y mi mirada va a aquellas niñas que no dejan de llorar partiéndome en mil pedazos

Todos entramos en aquella habitación y la oscuridad nos envuelve. Una mano me toma del cuello y la sangre se me cambia por miedo absoluto

Si no muero por su culpa voy a morir de un colapso mental. Juro por mi alma rota que voy a perder la razón en cualquier momento.

-Vas a caminar, en silencio y sin hacer ninguna tontería. De lo contrario ya sabes, cavaras la tumba de esas niñas.- escupe con odio y no me queda más remedio que asentir. La luz se hace presente en cuanto ponemos un pie en lo que parece ser un túnel.

Entramos en el con los sentidos alerta y el maldito camina aún con su agarre en mi cuello.

-Hules tan exquisito- susurra contra mi odio haciéndome darle una mueca de asco- Espero que ya entiendas que eres mía y que si no es así, estás muerta.

Lo prefiero mil veces antes de que este asqueroso animal me toque. Quisiera escupirle la cara y matarlo con mis propias manos, pero sé que una tontería podría desatar su ira contra ellas. Optó por guardar silencio y mis piernas siguen caminando con todo lo que les da. Mis manos tiemblan y mi respiración es demasiado pesada. Me siente agotada en todos los sentidos obligándome a sacar fuerzas de donde sea para poder seguir luchando.

Llevamos caminando unos minutos cuando salimos a tierra firme, se me hace demasiado extraño ya que según yo estábamos en un lugar alejado y fuera del mundo pero es como si fuera otro lugar diferente, algo distinto a donde hace un minutos estuvimos

Me tenso cuando el muy maldito me tira haciéndome caer en mis rodillas. Mi cuerpo duele y mi cabeza pesa demasiado.

-Manos al frente, amor.- pide con una sonrisa cínica y mi ira aumenta cada segundo

-Haz caso, perra- escupe Sara y eso sí que duele en lo más profundo de mi ser

-Perra tú madre.- escupo con asco mirándola directamente

Se tensa en un segundo y no tarda ni dos en mandarme un bofetón. Mi cara se gira y mi mejilla arde ante el golpe pero no me importa. Ya nada importa.

-Si, la verdad duele más, que un bofetón. Perra.- sigo burlándome y su cara se pone rojo de ira

-¡Basta!- nos reprende mi madre, la perra mayor tomando a Mila y Molly de las manos. Las desata pasando un cuchillo por las cuerdas y ambas corren a mi

Me aferro a ellas con mi vida y sus lágrimas no tardan.

-Shhh- susurró con tranquilidad- Todo está bien. Todo estará bien.

Me abrazan hundiendo sus cabecitas en mi cuello, me duele tanto por ellas. Es otro sudoriento que larga mi lista de desgracias.

-Bien bien, muchos lloriqueos. Es hora de la función.

PERDICIÓN Where stories live. Discover now