PERDICIÓN

Capítulo 36

•Un nuevo comienzo•

Dos semanas después.

Dejó caer mi cuerpo sobre la cama con pesadez y cierro mis ojos lentamente sintiendo el cansancio inundarme. Regresar a lo que era mi vida, fue peor que cualquier cosa que he hecho

Volver a aquella monotonía de estar entre estudiantes, profesores gruñones y responsabilidades, son cosas que en las semanas que estuve junto a aquel demonio, había olvidado como se sentía. Lo pesado que es cada cosa, cada responsabilidad y cada valioso minuto.

Después de negarme a empezar una vida en la mansión de un Massaro, regrese a mi antigua casa que gracias al cielo, heredé. Sophia y yo hemos estado en contacto casi todos los días, pues después se todo, fue la única que creyó en mi.

Día semanas desde que todo sucedió, dos semanas en las que han sido las peores de mi vida. Lo extraño como si hubiese perdido la parte mas importante de mi corazón. Lo echo tanto de menos, lo pienso cada segundo y en las noches, aquellas oscuras y vacías, mi corazón se rompe en pedazos recordando cada caricia, cada beso, cada palabra. Todo esto es como si fuese mi propio infierno, un incinero en el que yo misma, entre.

Con ayuda de la menor de los demonios, pude conseguir un trabajo estable en un restaurante donde ella iba a cenar casi todas las noches. Sin contar que, también me ayudo a ingresar de nuevo a la universidad sin tantos contratiempos.

Ahora mi vida se divide en tres. Estudiar en las mañanas, en las tarde ayudar en casa, que si no fuera por lucí, me enloquecería y en las noches, en mi empleo. No tengo tiempo de nada, mucho menos de lamentarme por todo lo sucedió

A menos que sea en mi habitación a la mitad de la noche o con Sara a mitad de una clase que se han convertido en mi más grande recuerdo y por supuesto. El más doloroso de todos. Por que fue allí que mi tortura eterna en el infierno de sus besos, empezó.

Ha pasado poco tiempo, y gracias a mis estudios y conocimientos sé que, estaré bien, sé que podré salir de esto y que volveré a ser la chica que jamás quiso entrar en la mafia y mucho menos, la que se enamorado de un asesino cruel y demente.

Aún duele, por supuesto, duele porque mis ilusiones, mis deseos y toda mi vida, se la entregue en sus manos. No le importo. Me arriesgué y por un segundo, creí en el, confíe en mi misma entregándome a él pero al final, aprendí que jamás terminas de conocer a las personas. Siempre te decepcionan y te traicionan de la peor manera, y eso fue Justo lo que él hizo.

Sé que también es mi culpa, sé que tengo que ver mucho en esto porque lo permití, permití que me pisoteara como mujer y pasara por encima de mi, solo por sexo, solo por placer, solo por una noche.

Lo intente, intente no odiarlo, intente olvidar todo lo qué pasó intenté incluso, borrarlo de mi vida. Pero no había nada que pidiera hacer, el tiempo no borra, simplemente, te ubica, y si, entendí que en este juego de pasiones, yo perdí.

Porque él, se clavó en mi piel como aquella cicatriz que yace en mi brazo. Así mismo, como algo imborrable estará él, para siempre.

Y lo sé, sé que este amor es como una enfermedad, una enfermedad que como a mi, al mundo entero a apestado con aquella adición. Ahora, soy una mujer sola, Con dos pequeñas y con el corazón roto.

Intento levantarme pero un mareo me deja de vuelta en la cama. Pongo mi mano en la cabeza intentando mantener la calma ya que últimamente, con tantas preocupaciones, he estado un poco débil.

Intento de nuevo y esta vez, con un poco de dificultad logro caminar hasta la ducha. Mi corazón late como loco y mis piernas amenazan con fallarme. ¿Que me pasa?, ¿cuando fue la ultima vez que probé bocado?. La verdad, no recuerdo bien.