PERDICIÓN

Capítulo 44

                 •Encuentro desesperado•

Zoé.

Uno, dos, tres. Retrocedo mientras él se acerca. Su ceño está hundido, sus mejillas rojas, sus venas marcadas y su mandíbula apretada. No distingo entre sí está enojado o lastimado, pues tanto él como yo, nos bañamos en la sangre de nuestros enemigos

Su mirada intenta encontrar respuestas en la mía, pero el dolor me llena cada poro de mi piel y mis manos tiemblan al punto que no lo resisto y caigo de rodillas

Mis lágrimas se hacen presentes y el pecho me arde al grado que no puedo respirar con normalidad. No puedo hacerlo, desearía hacerlo, desearía ser más fuerte y poder seguir en la línea de batalla, pero, no lo resisto

Estoy tan rota, tan quebrada, que su presencia me desestabiliza por completo. Lloro completamente enceguecida y lastimada, lloro porque es la única forma que tengo para aliviar la pena, el dolor y el duelo que me están matando por dentro. Lloro porque aunque quiera negarlo, lo necesito a él y desearía que él me necesitara también.

Me duele el cuerpo, el pecho, el alma, lo recuerdos. Todo duele. Debería odiarlo, debería detestarlo por todo lo ocurrido, debería odiarlo por no estar y aún así, ahora más que nunca lo necesito tanto.

Siento su cercanía en seguida. Levantó la mirada borrosa con el corazón en la mano y su ojos se clavan en mi alma. Se ve tan cansado, tan agotado, tan lleno de mierda. Aún así, aunque lo quiera tener cerca, no puedo hacerlo.

Intenta tocarme pero me alejo. Esto es culpa, todo es su culpa. Desearía olvidar, desearía borrar todo el daño pero, es una cicatriz que sigue allí, tatuada en cada parte de mi roto corazón.

-No.- lo detengo cuando de nuevo, intenta tocarle y acercarse

Su ceño se hunde y su mandíbula se aprieta cuando ve la seriedad de mis palabras. ¿Que no lo ve?, ¿de verdad no ve que estoy rota por su culpa?.

Trago grueso sintiendo el horror en mi garganta aumentar, mi pecho arde y no sé cómo sigo aquí cuando me estoy desmoronando por dentro frente a él.

No puedo respirar, me consume el dolor en cada palabra que sale de mi boca. No lo soporto, no soporto ver su cara de angustia y de dolor, un dolor que yo estoy causando por ser una maldita débil.

-Zoé...

-No.- me alejo cuando intenta tocarme, otra vez- No quiero que me toques, nunca más.

Me parto en pedazos.

-Zoé, mi amor...

Joder. Que me llame de aquella forma me causa el peor de los sufrimientos porque, ¿porque ahora?. Ahora si soy su maldito amor, después de vivir y comer tanta mierda por su culpa, después de todo lo que me hizo, ahora soy su jodido amor.

Me levantó como puedo y aunque duela todo en mi, no quiero que él esté cerca. No quiero que él me vea de esta forma. No soporto ver la lastima de su mirada, no soporto que me vea como algo roto, aunque lo esté, aunque esté hecha pedazos. No puedo.

Mi corazón está deshecho y siento ahogarme en mi propio llanto. Trato de calmar la ansiedad pero es en vano, todo esto es en vano, no puedo con tanto dolor, es como si me estuvieran quemando viva en el infierno.